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Chuuya y Dazai caminaron juntos hacia la feria, compartiendo risas y conversaciones animadas mientras se sumergían en la emoción del ambiente festivo que los rodeaba. Chuuya se sintió aliviado de tener a Dazai a su lado, disfrutando de su compañía y olvidando momentáneamente el incidente con Nikolai y Fyodor.

A medida que exploraban los diferentes puestos y atracciones, Chuuya y Dazai disfrutaban del momento, dejando de lado las preocupaciones y los problemas del día a día. Rieron juntos mientras disfrutaban de los juegos y saboreaban los dulces y las golosinas que ofrecían los vendedores ambulantes.

Luego Dazai se armo de valor y tomó suavemente la mano de Chuuya. Chuuya se sorprendió al principio por el gesto, pero luego se relajó y entrelazó sus dedos con los de Dazai, sintiendo una conexión especial entre ellos.

El contacto cálido y reconfortante de la mano de Dazai hizo que Chuuya se sintiera tranquilo y seguro, y por un momento, todas sus preocupaciones y tensiones se desvanecieron.

Mientras paseaban por la feria, Dazai decidió hacer una parada en un puesto de juegos. Sin soltar la mano de Chuuya, lo llevó hasta un juego donde el objetivo era lanzar aros y ganar premios.

Con una sonrisa traviesa en el rostro, Dazai tomó un aro y se concentró en el juego. Después de varios intentos, logró lanzar el aro con precisión y ganar un hermoso osito de peluche con un sombrero.

— ¡Mira, Chuuya! ¡Gané esto para ti! —  exclamó Dazai emocionado, mostrándole el adorable osito que acababa de obtener.

Chuuya se quedó boquiabierto por un momento antes de estallar en una sonrisa radiante. — ¡Es perfecto! ¡Gracias, Dazai! — dijo, emocionado por el gesto.

Dazai le entregó el osito a Chuuya con orgullo, disfrutando de la felicidad que había traído a su amado. Juntos, continuaron explorando la feria, con el osito de peluche en la mano de Chuuya como un dulce recuerdo de su noche juntos.

Cuando finalizo la salida Dazai decidio acompañar a Chuuya a su casa y mientras caminaban  después de una noche llena de diversión en la feria,

Para Chuuya el estar tomados de las manos, era gesto significaba mucho más que un simple contacto físico; era un símbolo de confianza y cercanía entre él y Dazai, una muestra profunda de algo que va más allá de la amistad.

Con cada paso que daban juntos, Chuuya se sentía más agradecido por tener a Dazai a su lado, y sabía que, pase lo que pase en el futuro, siempre tendrían el uno al otro para apoyarse mutuamente.

 Al llegar a la casa de Chuuya, Dazai se ofreció a acompañarlo hasta la puerta. Chuuya, agradecido por el gesto, aceptó con gusto. Mientras se detenían frente a la entrada, sus miradas se encontraron y por un momento se quedaron contemplándose el uno al otro en silencio.

Chuuya, sintiendo un impulso repentino, se puso de puntillas y plantó un suave beso en la mejilla de Dazai, sorprendiendo tanto a él como a sí mismo con su atrevimiento. Sin decir una palabra más, Chuuya se dio la vuelta rápidamente y se apresuró a entrar en su casa, dejando a Dazai parado en la entrada con una sonrisa sorprendida en el rostro.

Dazai se quedó unos segundos más, aún procesando lo que acababa de suceder, antes de sonreír para sí mismo y darse la vuelta para regresar a su propio hogar. Mientras caminaba por la calle, pensó en el breve pero significativo momento que acababa de compartir con Chuuya, y se sintió agradecido por tener a alguien tan especial en su vida.

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En cuanto a Nikolai, el emocionado y con el corazón latiendo rápido, sacó su teléfono y llamó a Chuuya para compartirle la noticia. —  ¡Chuuya, necesito contarte algo increíble! ¡Fyodor me besó! —  exclamó con entusiasmo apenas Chuuya contestó.

Travesuras Amorosas (Soukoku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora