Travesuras Amorosas (Soukoku)

12

Dazai, agradecido por la intervención de Chuuya, decidió romper la tensión con un toque de humor. — Gracias, Chuuya. Parecías un caballero salvando a la damisela en apuros.

Chuuya, aún sumergido en su enojo, apenas respondió con un gruñido.

Dazai, notando la falta de respuesta, decidió continuar con su broma. — ¿Estás celoso, Chuuya? ¿Te molesta que otras chicas se acerquen a mí?

Chuuya, sorprendido por la pregunta directa y avergonzado por haber sido descubierto, dejó escapar un grito de frustración. — ¡Sí, estoy celoso, idiota!

Al darse cuenta de lo que acababa de admitir, Chuuya se ruborizó intensamente, sintiendo cómo el calor le subía a las mejillas.

Dazai se rió suavemente ante la reacción de Chuuya, encontrando divertida su confesión. — ¿En serio, Chuuya? No tenía idea. Pero tranquilo, solo tú ocupas un lugar especial en mi corazón.

Chuuya, sintiéndose aún más avergonzado por haber revelado sus sentimientos de esa manera, apenas pudo murmurar un "tonto" antes de desviar la mirada, tratando de ocultar su sonrojo.

.

.

.

Mientras tanto Nikolai, sintiéndose incómodo por la situación con Fyodor, se negaba a salir de clases, temiendo encontrarse con él y enfrentar la vergüenza del beso compartido. Sigma, notando la actitud extraña de su amigo, decidió preguntarle qué pasaba. — ¿Qué te sucede, Nikolai? Te veo nervioso.

Nikolai, indeciso sobre cómo responder, finalmente confesó sus preocupaciones. —No quiero salir de clase porque... porque tal vez me encuentre con Fyodor y... no sabría cómo mirarlo a la cara después de... lo que pasó.

Sigma, sorprendido por la revelación, no pudo evitar expresar su asombro. — ¿Fyodor y tú... tienen algo?

Nikolai, sintiéndose aún más avergonzado, trató de acallar a Sigma con un gesto de advertencia. — ¡Shh! No, no tenemos nada. Por favor, no lo menciones.

Sigma, desconcertado por la reacción de su amigo, se disculpó rápidamente. — Lo siento, no sabía. No volveré a mencionarlo.

Nikolai aprovechó la oportunidad para aclarar las cosas. — No, no te preocupes. No somos pareja... por ahora.

La respuesta susurrada de Nikolai dejó a Sigma completamente sorprendido, haciendo que sus ojos se abrieran de par en par ante la revelación inesperada.

Nikolai pasó el día evitando salir de su salón para no encontrarse con Fyodor. Cuando sonó la campana que anuncia la salida, su nerviosismo aumento, y con cautela, finalmente salió de su salón y se dirigió al de Chuuya, mirando a todas partes para evitar un encuentro con el pelinegro.

Al llegar al salón de Chuuya, observó a su amigo hablando animadamente con Dazai. Estaban tan cerca el uno del otro que parecían estar completamente inmersos en la conversación. A pesar de su propio malestar, Nikolai se alegró por su amigo, viendo lo bien que se llevaba con Dazai.

Estaba a punto de acercarse para unirse a ellos cuando una mano se posó en su hombro, haciéndole saltar del susto. En su mente, Nikolai murmuró para sí mismo, resignado a su suerte.

"Ya valí verga."

Fyodor, con una expresión seria, se acercó a Nikolai y le pidió que hablaran en privado. Nikolai se puso muy nervioso ante la idea, pero asintió con cautela y lo siguió a un lugar apartado del colegio, donde pudieran conversar sin ser interrumpidos.

El ambiente entre ellos era tenso y el silencio resultaba incómodo. Finalmente, Fyodor rompió el silencio y habló con sinceridad. — Nikolai, se que hoy me estabas evitando y por eso quiero disculparme por lo que sucedió. Fue un impulso y no debí haber actuado así.

Nikolai se sorprendió por la disculpa sincera de Fyodor. No esperaba que él se disculpara por el beso.

– Si crees que sería mejor mantener cierta distancia después de lo ocurrido, lo entenderé.

Nikolai sintió un nudo en la garganta ante la posibilidad de perder a Fyodor. — No, no quiero eso en absoluto, no te evitaba por que me haya molestado el beso. Disculpa si te di motivos para que pensaras eso.

La respuesta decidida de Nikolai tomó por sorpresa a Fyodor, quien no esperaba una reacción tan positiva. — En ese caso, lamento haber malinterpretado las cosas.

Nikolai sonrió tímidamente, tratando de aliviar la tensión entre ellos. — No te preocupes, de verdad. No me molestó en absoluto, mas bien perdóname a mi por evitarte de hecho...

Nikolai titubeó un momento antes de continuar, sintiéndose vulnerable al revelar sus sentimientos. — ...me gustó mucho. Fue... inesperado, pero no me molestó para nada.

Las palabras de Nikolai dejaron a Fyodor atónito, sin poder creer lo que escuchaba.  – ¿De verdad?

– Si Lo que sucedió el otro día... el beso. Quiero que sepas que... me gustó.

Fyodor se quedó en silencio por un momento, procesando las palabras de Nikolai. Finalmente, una sonrisa tímida se formó en sus labios. — Nikolai... yo también. Me alegra saberlo.

La tensión entre ellos se disipó lentamente mientras se acercaban el uno al otro. Con cada paso, el nerviosismo se transformaba en anticipación. Finalmente, estaban tan cerca que podían sentir el aliento del otro.

Sin decir una palabra más, se besaron, dejando que el amor y la complicidad guiaran cada movimiento. Fyodor rodeó la cintura de Nikolai con sus brazos, mientras que Nikolai, poco a poco, elevó sus manos para abrazar el cuello de Fyodor.

En ese momento, el mundo a su alrededor desapareció, dejando solo espacio para ellos dos y la intensidad de sus sentimientos. En ese abrazo, encontraron la confirmación de lo que habían sabido desde el principio: que estaban destinados a estar juntos.

Desde es día la relación entre Fyodor y Nikolai comenzó a evolucionar lentamente pero de manera significativa. A medida que pasaban más tiempo juntos, descubrían nuevas capas de conexión emocional que los unían aún más. Sus conversaciones se volvían más profundas, compartiendo sueños, miedos y esperanzas de una manera que solo se reserva para aquellos que se entregan completamente el uno al otro.

Aunque al principio eran tímidos, poco a poco comenzaron a expresar su afecto de forma más abierta. Los besos a escondidas se convirtieron en momentos preciosos de intimidad, donde el mundo exterior desaparecía y solo existían ellos dos. En esos breves instantes, cada toque y cada mirada eran un recordatorio de la fuerza de su amor.

Nikolai se encontraba constantemente maravillado por la profundidad de los sentimientos que Fyodor despertaba en él. Cada gesto, por pequeño que fuera, parecía llenarlo de una alegría indescriptible. A su vez, Fyodor encontraba en Nikolai una fuente de inspiración y apoyo incondicional, un compañero con el que podía compartir cada aspecto de su vida sin temor al juicio.

Mientras tanto, en el caso de Chuuya y Dazai, la transformación de su relación era igualmente notable. A medida que pasaban más tiempo juntos, daba espacio para una complicidad que nunca antes habían experimentado.

Las manos que antes apenas se rozaban ahora se entrelazaban con naturalidad, un gesto silencioso pero significativo de la conexión que compartían. Los besos en la mejilla se convirtieron en una forma de mostrar cariño sin palabras, una expresión de afecto que se volvía más frecuente a medida que su relación se profundizaba.

A pesar de sus diferencias, encontraba en él un amigo leal y un confidente en quien podía confiar plenamente. Por su parte, Dazai también se veía transformado por la presencia de Chuuya en su vida, descubriendo en él una fuente de inspiración y motivación para ser una mejor persona.

Con el tiempo, las dos parejas encontraron en su amor mutuo una fuente de fortaleza y felicidad. A pesar de los desafíos que enfrentaban, sabían que juntos podían superar cualquier obstáculo que se interpusiera en su camino. Y así, mientras el tiempo pasaba, seguían construyendo un futuro lleno de promesas y posibilidades, donde el amor era el hilo conductor que unía sus destinos para siempre.