tres

417 34 12
                                    

Los golpes en la puerta me despertaron y entonces me percaté de la voz de Sakura del otro lado

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Los golpes en la puerta me despertaron y entonces me percaté de la voz de Sakura del otro lado.

—¡Sasuke, levántate ya!— gritó.

Me removí entre las sábanas y no hice intento alguno por abrir los ojos.

—¡Bestia!— volvió a golpear la puerta —Naruto vendrá en cualquier momento.

¿Naruto? Abrí los ojos, completamente despierto y aventé las sábanas hacía un lado. Salí de la cama en un santiamén y abrí la puerta. Sakura corría de un lugar a otro en busca de algo.

—Yo creí que no te levantarías nunca— farfulló.

—¿Qué buscas?— pregunté.

—Mi bolsa, puedo jurar que la dejé aquí— apuntó al sofá.

Miré el reloj, faltaban veinte minutos para las seis de la mañana. ¿Cuánto se tardaría Naruto en llegar?

¿Por qué me pregunto eso?

—Busca en tu cuarto, Sakura— musité.

Ella me miró y salió corriendo a su habitación. Dos segundos después llamaron a la puerta.

—Sasuke, por favor abre— me gritó Sakura desde su cuarto.

Caminé perezosamente hasta la puerta y la abrí. Lo que vi me deslumbró por completo.

—Buenos días— me sonrió y aquella fierecilla enjaulada saltó de un lado a otro en su pequeña cárcel.

—Buenos días, Naruto— le devolví la sonrisa —Pasa.

Le abrí camino y me le quedé mirando mientras pasaba a mi lado, llevaba puesta una chaqueta negra al igual que los apretados pantalones que traía, por dentro de la chaqueta se alcanzaba a ver una camisa en tono rojo. Usaba unas gafas de sol que le daba un aspecto más comercial a su rostro, parecía de esos modelos que sólo ves en televisión.

—Bonita pijama— musitó mirando mi atuendo.

Enrojecí hasta los huesos y me mordí el labio inferior, completamente apenado. Nadie, exceptuando a Sakura, me había visto en pijama.

—Gracias— murmuré.

—¿Dónde está Sakura?

—En...

—¡Aquí!— la interpelada salió de su habitación con la bolsa en la mano y me interrumpió.

—Hola, preciosa— dijo él y luego se acercó para besarla.

Desvié mi mirada, dándoles privacidad y me escabullí hasta mi cuarto.

Privacidad, ¿eso quería darles? O sólo quería calmar a la fierecilla que de pronto se sintió incómoda.

Me vestí rápidamente y me arreglé el cabello.

—¡Sasuke! Debo irme— gritó Sakura, desde algún lugar cercano a la puerta.

manual de lo prohibido- narusasu adaptación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora