veintiocho

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La luz del contestador parpadeaba cuando llegué a casa

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La luz del contestador parpadeaba cuando llegué a casa. Había estado casi toda la mañana vagabundeando por mi ciudad en busca de buenas fotografías para tomar. Había tomado sólo tres en casi seis horas. Me acerqué y apreté el botón para oír el mensaje, mientras iba por un vaso de agua.

Oh, buenos días, joven Uchiha, o buenas tardes según escuche mi mensaje. Su fotografía nos ha fascinado y queremos que nos muestre toda la colección. Hay algo especial en esa imagen y estaríamos muy honrados en ver su trabajo para si usted quiere, hacer la exposición. Comuníquese en cuanto oiga el mensaje. Ya sabe el teléfono de la compañía, pregunte por el señor Shino. Que pase buen día, hasta luego.

El pitido que anunciaba el final del mensaje me hizo aterrizar. ¿Cuál fotografía? ¿De qué exposición está hablando? ¿Qué señor Shino? Corrí hasta el teléfono y garabateé el número de esa llamada en un papel, luego lo marqué.

Una voz femenina me contestó al segundo timbre.

—Olmos estudio, ¿en qué puedo servirle?

—Amm... ¿hay allí un señor Shino con quien pueda comunicarme?— pregunté, terriblemente confundido.

—Claro, enseguida.

—Gracias— tamborileé los dedos en la mesita mientras escuchaba la fastidiosa melodía a través de la bocina del teléfono.

—Oficina del señor Shino, ¿en qué puedo ayudarte?— me contestó otra voz más aguda que la primera.

Fruncí el ceño. ¿Qué allí todo mundo contestaba de la misma manera?

—Hola, ¿podrías comunicarme con el señor Shino, por favor?

—¿Quién lo busca?

—Sasuke Uchiha.

—Oh, claro. Enseguida— dijo y transfirió la llamada por un lapso más corto que el anterior.

—Joven Uchiha, es usted— dijo la voz de hombre, ronca y amable.

—Eh... sí, pero aun no entiendo quién es usted— musité con franqueza.

—Bueno, soy el presidente de las exposiciones fotográficas de esta empresa. Shino Aburame.

Los ojos se me abrieron como platos. Shino Aburame, había leído de él hace bastante tiempo; era el "productor" de las exposiciones fotográficas que tuvieron más fama en el país y no sólo allí.

—¿Joven Uchiha?— preguntó, ya que me había quedado mudo.

—Estoy aquí— farfullé —Pero aun no entiendo por qué me llamó.

—Pues vimos su fotografía. Nos ha encantado y...

—¿Qué fotografía?— lo interrumpí.

—Un joven vino el día de ayer mostrándonos una fotografía que usted tomó en su viaje a Venecia, Italia, según nos contó el muchacho.

manual de lo prohibido- narusasu adaptación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora