Aquel hombre se quedó contemplando como el rocío de las plantas, humedecia el rostro de la bella mujer, veía las pequeñas gotas de agua que resbalaban por su cara, pasando por su frente hasta perderse en el final de su largo cuello, decorado por caros collares y una elegante gargantilla. Los rayos del amanecer que se dejaban ver, daban de frente con la bella mujer, resaltando sus ojos color café, que ahora se llenaban de un bonito brillo ámbar. Iba vestida con un elegante camisón y unos pantalones de cuero, que resaltaban sus finas curvas. Completando su vestimenta tenía una chaquetilla de color negro de punto.
Por un momento, la belleza de la chica había distraído al hombre de su trabajo.- Completamente sin pulso.- pronunció las palabras de manera muy fría, pero con una mueca que reflejaba pena. El otro hombre, el cual se mantenía inexpresivo, se acercó ignorando las facciones de la chica, sin mediar palabra el uno con el otro, colocaron a la mujer en una pequeña camilla. Bajo las flores aplastadas por el cuerpo de la elegante señorita que antes yacía en la bella pradera, había una nota, la cual indiferentemente el que antes se había fijado en su belleza, recogió. Era un lugar tan bello como ella para dar fin a su vida, pensó él para sus adentros, antes de alejarse del lugar, cargando el frío cadáver con ayuda de su apático compañero. Era un trabajo duro, pero necesario. Después de la legalización del suicidio a partir de 2040, las funerarias se habían desbordado, por lo que habían habilitado una sección especial para las personas que terminaban con su vida de forma voluntaria. Según recientes estudios, aquella "pandemia" mundial la cual tiene de nombre depresión, había dejado más víctimas de los esperado, y, aunque hay muchas formas disponibles de tratarlo, pero requerían mucho trabajo y dosis de medicación, que aunque resultase efectiva, a veces no evitaba las impredecibles recaídas. Por eso la mayor parte de la población decidía dar fin a aquella enfermedad de la forma más vil y cruel, también quizá, innecesaria. Quitándose la vida. En opinión de muchos, es peor que el covid puesto que aunque haya acceso a muchas soluciones, la diferencia de esta otra enfermedad, es que a veces no presenta los síntomas, al igual que con las personas asintomáticas con la Covid 19, pero la diferencia es que no había ninguna prueba para comprobarlo. Por lo que muchas veces la pereza que está enfermedad generaba, hacia imposible el tratamiento, por lo que el sufrimiento, al final, llevaba al suicidio
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Relatos oscuros en noches claras
RandomSumérgete en estos relatos, nunca te dejes fiar por lo que aparentan al principio, todo puede cambiar... ¿O no? Cada relato es un mundo a descubrir y del que enamorarse en unas pocas palabras