En un encuentro bajo la luz pálida de la luna, Douma se enfrenta a Enmu, el demonio que manipula los sueños, con una calma sorprendente. Mientras Enmu despliega sus ilusiones y trampas, Douma las enfrenta con una confianza aparentemente inquebrantable.
Enmu: ¡Jaja! ¿Crees que puedes derrotarme, Douma? Mis ilusiones son impenetrables, invencibles.
Douma: (con una sonrisa serena) Tus trucos son simples comparados con la oscuridad que habita en mi interior.
Con cada movimiento grácil, Douma desbarata las ilusiones de Enmu, su dominio sobre el arte demoníaco del hielo demostrando ser más que suficiente para enfrentar al demonio manipulador de sueños.
Enmu: ¡Esto no es posible! ¿Cómo puedes resistirte a mí?
Douma: (con voz imperturbable) La oscuridad y el frío han sido mis compañeros desde hace mucho tiempo. No hay ilusión que pueda opacar mi determinación.
Con un último golpe certero, Douma hace que las ilusiones de Enmu se desvanezcan en la nada, dejando al demonio de los sueños derrotado, desconcertado y con su cabeza lejos del resto de su cuerpo.
Enmu: (con incredulidad) No... no puedo creerlo...
Douma: (con una mirada sombría) Recuerda esto, Enmu. La oscuridad siempre prevalecerá sobre la ilusión.
Con su victoria asegurada, Douma se aleja con una calma inquebrantable, dejando a Enmu sumido en la derrota y la confusión
En la tranquila atmósfera de la Mansión Mariposa, Douma regresa con pasos silenciosos, su presencia etérea apenas perceptible para los sentidos humanos. Shinobu, preocupada por su amado, lo observa con una mezcla de alivio y ansiedad mientras se acerca.
Shinobu: Douma, estás de vuelta. ¿Estás bien?
Douma se detiene ante ella, su figura etérea envuelta en un aura de misterio, mientras Shinobu estudia su rostro en busca de cualquier señal de daño.
Douma: No te preocupes, Shinobu. No tengo ninguna herida.
La tranquilidad en su voz tranquiliza a Shinobu, pero no puede evitar sentir una pizca de preocupación por la naturaleza fantasmal de Douma.
Shinobu: Es solo que... no puedo evitar preocuparme por ti, incluso si no puedes resultar herido de la manera en que lo haría un ser humano.
Douma: Lo aprecio, Shinobu. Pero debes entender que mi forma actual me otorga una protección que ningún cuerpo humano podría proporcionar.
Shinobu asiente, aceptando las palabras de Douma con resignación, aunque su preocupación por su amado sigue latente en su mirada.
Shinobu: Lo entiendo, Douma. Pero aún así, no puedo evitar preocuparme por ti. Eres mi todo, después de todo.
Douma sonríe con dulzura, reconociendo el amor y la preocupación en las palabras de Shinobu.
Douma: Y tú eres mi luz en la oscuridad, Shinobu. Siempre estaré aquí para protegerte, de una forma u otra.
Con esa promesa susurrada entre ellos, Douma y Shinobu se abrazan, encontrando consuelo en el amor que comparten, incluso en medio de la incertidumbre de su situación.
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Mi Protector
RomanceEn un mundo donde cazadores de demonios luchan contra criaturas oscuras, Douma, un poderoso demonio, cae ante la astucia y habilidad de Tomioka, un hábil cazador. La muerte de Douma deja a Shinobu, su amada y compañera cazadora, devastada por la pér...