Miradas pt.2

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La situación que vio no era para nada la que se esperaba, pues al entre abrir los ojos se encontró a su secretaria besándose con la otra chica del grupo que no era rubia, Salma.

Lo que tampoco se esperaba fue ver como Violeta también la miraba.

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Las miradas entre ambas supuraban fuego, intensidad e ira, siendo ninguna de las dos capaz de apartar la vista de la otra.

Hubo un momento en el que Violeta se separó de Salma y se dirigió hacia el baño, pues tenía tantas cosas en la cabeza que necesitaba mojarse un poco la cara y analizar sus acciones.

Por dentro esperaba que Chiara la siguiera, enrrollarse con ella, y que se le pasara la tontería que llevaba encima. 

Por otra, no sabía si eso sería contraproducente.

Chiara, por su parte, vio como la pelirroja se iba al baño y dejaba a Salma atrás. Su primer pensamiento fue seguirla y una vez allí improvisar sus acciones, pero la verdad es que, ahora que no estaba Violeta a su vista, se dio cuenta de lo bien que besaba su mejor amiga y las sensaciones que le estaba causando.

Por tanto, decidió que no iría al baño por ahora y disfrutaría de la fantasía que estaba viviendo y había querido hacer multitud de veces borracha.

La morena profundizó aun más el beso con Ruslana, dejando completamente libre el paso de su lengua hacía todos los rincones de su boca. En ese momento Ruslana paró el beso, mordiendo con fiereza el labio inferior de Chiara y empezando un camino de besos por todo su cuello.

La pelinegra cada vez podía contener menos las ganas que tenía de dominar la situación con su mejor amiga y girar las tornas, ser ella la que causara todas las oleadas de calor que ahora mismo estaba sintiendo por su cuerpo.

Conseqüentemente, Chiara agarró la mano de la Ruslana arrastrándola a los baños, suponiendo que Violeta ya se habría ido pues habían pasado más de 10 minutos desde que la había visto entrar.

Al llegar a los baños, vieron que no había cola y quedaba uno libre, así que fueron hacia allí y Chiara cerró la puerta con el pestillo para no ser interrumpida en ningún momento.

Cogió a Ruslana en brazos, estampandola contra la pared, a la vez que le pasaba la lengua por el cuello, descendiendo hacia su escote lentamente.

Buscando permiso, que encontró inmediatamente en los ojos de su mejor amiga, le sacó el top y empezó a besarle los senos, causando que varios suspiros salieran de la boca de la pelirroja.

Sacó una de las manos con las que estaba sujetando a Ruslana y empezó a masajearle un pecho mientras dejaba varias marcas en el otro con la boca.

Bajó la mano suavemente hasta llegar al borde la falda de la pelirroja, y antes siquiera de preguntarle si quería que siguiera, Ruslana le agarró la mano y la colocó en su centro.

Chiara entendió perfectamente la voluntad de la pelirroja, e introdujo dos dedos dentro de la misma, metiendolos y sacandolos al compas de las mordidas que estaba haciendole alrededor de los pechos.

Ruslana, a su vez, ahogó sus gemidos en el cuello de la morena, absorviendolo y dejando diversos chupetones por los costados.

A lo lejos Chiara escuchó la voz de Violeta, que despertó en ella aun más las ganas de poseer a su mejor amiga allí y ahora.

A sabiendas de lo que hacía y lo que causaría en ella, Chiara introdujo un tercer dedo en la cavidad y subió el ritmo y la rudeza de las embestidas a la pelirroja.

Cherry Bullet ( Kivi )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora