Amnesia

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AMNESIA

Unos días más tarde...

Violeta despertó con sudores fríos, hecho que le llevaba sucediendo desde el accidente de su jefa. No había tenido noticias de ella pero tampoco quería mostrarse excesivamente insistente.

Insistencia que, por otro lado, no había dudado en usar para encontrar las redes sociales de todas las mujeres cuyas cartas tenía tiradas encima de la mesa de su comedor, recordándole a cada momento el complejo carácter de Chiara y su aparente afán por almacenar ligues.

Hoy Violeta tenía que volver a la oficina sin saber exactamente qué hacer. Martin y Ruslana le habían dado pautas a seguir, pero ciertamente las acababa en pocas horas y fingía que se encontraba haciendo cualquier nimiedad.

A su ya estresante situación se le sumaba el hecho que había ido a la oficina de Juanjo y, a diferencia de lo que su yo de hace unos meses habría hecho, había mentido sobre el suceso del jacuzzi y las cartas encontradas en el coche.

Se estaba metiendo en un buen berenjenal, pues obstruir una investigación policial está penado, pero Chiara había calado dentro suyo más de lo que le gustaba admitir.

Un estruendoso sonido la asustó repentinamente. Se trataba de su teléfono, en el que aparecía el nombre de "Señora Williams" en la pantalla. El corazón se le paró de golpe. ¿Qué habría pasado tan importante como para recibir esa llamada?

-¿Diga? - Musitó Violeta, sentándose en una silla por si las noticias a recibir no eran las mejores que uno cabe esperar.

-Hola Violeta cariño, soy la abuela de Chiara. El médico le dará el alta esta tarde pero nos ha comentado que es probable que mi nieta pueda sufrir amnesia leve sobre lo sucedido los días previos al accidente. Te lo comento pues fuiste, me suena creer, la única que estuvo en contacto con ella y me parecía un dato relevante.

-Me alegro que ya tenga el alta y pueda volver al trabajo. Cuando me había llamado me esperaba lo peor.

-No se preocupe. Ahora la tengo que dejar pues mi nieta está volviendo con las muletas nuevas y debo ayudarla. ¡Tenga un buen día!

-Igualmente señora Williams. Hasta luego!


Una vez colgado el teléfono, Violeta acabó de vestirse y se dirigió a su armario. No sabía por qué pero esa llamada la estaba impulsando a escoger un atuendo elegante pero sugerente. Tal vez fuera por el hecho que su jefa volvería esa misma tarde, y aunque tuviera claro que debía alejarse de ella, quería ver las miradas que sabía que le provocaría.

Puestos a jugar a este peligroso juego a dos bandas, lo haría bien. Una vez hecha justicia no la vería nunca más. Pero, ¿era eso lo que quería? No era momento de pensarlo mientras se ponía las medias, decidió.

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Chiara estaba harta. No tenía suficiente con que Violeta la hubiera dejado a medias en el jacuzzi si no que la misma chica que la había humillado había sido la que había llamado a la ambulancia para que la salvara luego de haberse estampado contra un árbol por ir borracha. Por más inri, el motivo de la borrachera había sido la misma pelirroja.

Curioso como la mujer que casi provoca tu muerte es la misma que te aparta de ella.

La noticia del médico de una posible amnesia era un regalo caído del cielo para Chiara. Podría recoger, al menos parcialmente, las pocas migas de dignidad que aún le restaban. Si fingía que no se acordaba de la noche con su secretaria, sería una derrota borrada de los libros de historia.

Cherry Bullet ( Kivi )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora