Disparos

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En casa de Ruslana

El aire azotaba fuertemente las ventanas haciendo retumbar las paredes de la habitación de Ruslana como si de un huracán se tratara.

El grupo de tres seguía dormido pero no por mucho más tiempo. Chiara había puesto una alarma la noche anterior para tener tiempo de conversar con sus amigos, ducharse y celebrar la reunión con sus allegados que se celebraría en "El hangar".

"El hangar" era el nombre con el que la mafia llamaba al local donde se celebraban las reuniones de más suma importancia. Se trataba de una nave industrial donde se fabricaban camisetas, o eso era lo que hacían creer,

En realidad, aunque sí que se hicieran tales manofactures, el propósito de la nave era ser la tapadera visible de un gran sótano de centenares de metros cuadrados que disponía de armas, medicamentos, información clasificada y una gran sala de reuniones.

En un origen había pertenecido al tatarabuelo de Chiara, y había pasado de generación en generación hasta llegar a ella.

Pasados unos minutos de las nueve de la mañana, la alarma de la pelinegra sonó despertándolos a los tres.

- Buenos días- Dijo Chiara

- Buenos di- Empezó a responder Martin antes de ser interrumpido por una arcada y marcharse corriendo al baño.

- Me duele muchísimo el pecho, Chiara. Creo que a mí también me metieron algo esos cabrones que me causará un infarto o vete tú a saber... Enserio me duele muchísimo creo que iré al hospital - Dijo Ruslana con preocupación

Chiara se asustó al oír las palabras de su mejor amiga, hasta que sus ojos bajaron al pecho de la misma, que se durmió únicamente con un pequeño top blanco puesto, y vio el destrozo que la pelirroja tenía en el mismo.

Los recuerdos le empezaron a llegar y con ellos un color rojo que le invadió subitamente las mejillas.

Aunque viera normal follar con su mejor amiga de fiesta si era mutuo, lo que no era normal eran las decenas de marcas negras y mordiscos que había dejado en el pecho de Ruslana.

Con chicas cualquiera o gente que le trajera sin cuidado solía hacerlo, así la otra persona se llevaba una marca cuya presencia no podían controlar, pero con su mejor amiga no pretendía para nada haberlo hecho en un inicio. No sabía que la había poseido esa noche, pero cuando Ruslana se mirara en el espejo sabía que le caería una bronca que el alcohol había evitado la noche anterior.

- Ruslana... Prométeme que no me matarás... No te han drogado

- ¿ Por qué te iba a matar Chiara? Me estás asustando

- Solo, solo mírate en el espejo

- Creo que tú también deberías.

Las dos mejores amigas fueron deprisa al baño, ignorando el hecho que tenían a Martin vomitando al lado, y se miraron al espejo.

Todo el cuello de Chiara estaba prácticamente negro y el cuello y pecho de Ruslana, además de presentar las mismas condiciones, tenía diversas marcas de mordidas.

Las dos amigas se miraron a los ojos y, contra todo pronóstico, empezaron a reirse como habían hecho la noche anterior en los baños de la discoteca.

- Madre mía Kiki vaya bestias que somos. Normal que nos miraran al salir del baño que vergüenza.

- Ya te digo... Pero lo más importante de aquí es... Seguro que no te has enamorado de mi, Ruslana. Entiendo que lo hagas, a todas les suele pasar, sobretodo cuando hago la magia del tercer de-

Cherry Bullet ( Kivi )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora