El silencio reinaba en las angostas carreteras lejos de la urbe, a excepción del ruido de motor de un Jeep Amarillo que circulaba por ellas.
Su conductora, Violeta Hódar, se desplazaba hacia el hogareño Hotel Williams donde la habitación que siempre tenía reservada la esperaba.
Esa noche iba a poder descansar al fin y pasear por los senderos iluminados con candiles cuyo final era una pseudo-piscina natural que calentaban de noche.
Una vez llegó, entró con su pequeña mochila a la recepción del hotel, donde la señora Williams, una tierna anciana que la atendía cada vez iba, la esperaba con la llave de su habitación.
- ¿ Que te trae esta vez por aquí? Hace casi dos meses que no nos visitas - Dijo la señora mientras la acompañaba a su puerta
- Llevo una racha bastante confusa en cuanto a mí misma y necesitaba venir. Antes de empezar mi nuevo trabajo me sentía muy satisfecha con mi evolución personal pero ya no se que pensar.
- Mi niña no digas eso... Has mejorado mucho desde la primera vez que viniste aquí hace más de cuatro años. Aun recuerdo tu mirada perdida al llegar... Eso me lleva a recordarte que no hace falta que pagues cada vez que vengas. Eres una parte más de la familia Williams. Has hecho mucho por nosotros... Gracias al reportaje que hiciste sobre nuestro hotel no acabamos en la ruina teniendo que cerrarlo.
- Si el hotel sigue en pie es gracias a vosotros únicamente. Y quiero pagar, ahora que puedo hacerlo. Nunca se sabe hacia donde te puede llevar la vida.
- Tienes razón preciosa. Ya estamos en tu habitación, aunque supongo que ya lo sabes. Espero verte esta noche en el restaurante, y a la cena sí que invito yo. Hoy ha venido mi nieta a cenar con un socio y luego cantará un poco.
Violeta quería preguntarle como se llamaba su nieta cuando la señora Williams fue reclamada por un cliente desde el hall. Fue a atenderlo y la pelirroja decidió entrar al cuarto para poder sacar su ropa de la mochila y sentarse un rato en el balcón.
Una vez en el balcón, sacó una cajetilla de tabaco que tenía guardada en su bolso para ocasiones especiales y encendió un cigarro mientras pensaba en su situación.
Aunque en un principio se sentía temerosa por entrar en la mafia, notaba que su curiosidad crecía exponencialmente.
Se estaba dando cuenta que no todo lo que le habían contado en la policía era verídico, y sentía una necesidad de entender a Chiara y lo que pretendía hacer con su legado.
De momento ya sabía que no habría más víctimas como su hermano, pues la morena había decidido poner un punto final con la venta de las drogas duras. Por otro lado, fue Chiara la última persona en verlo con vida y la misma que le vendió su última dosis, y saber eso le comía las entrañas.
Siempre había pensado que a su jefa le habría dado igual causar muertes o contribuir a ellas, pero ahora que la estaba empezando a conocer sentía que no podía alejarse más de la realidad.
Igualmente, no sabía a ciencia cierta lo que había sucedido exactamente, y hasta que llegara el día en que le pudiera tirar todo a la cara y viera a todos caer no le confesaría la verdad.
Lo que la preocupaba era que, a pesar que sabía que la mafia debía de destruirse y la mayoría de sus integrantes estaban podridos, su subconsciente sufría al pensar en su jefa ,Martin y Ruslana siendo metidos en el mismo saco que todos los demás.
Pensó que haría todo lo posible para que sus penas fueran menores, aunque tuviera que alterar levemente la verdad. En unos días la habían tratado como si fuera familia, aunque Chiara tuviera unos arranques de idiotez extremos que la hacían enervar, y prefería devolverles el favor aunque ellos no lo supieran.
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Cherry Bullet ( Kivi )
FanficVioleta, una periodista de investigación con un gran prestigio en el cuerpo de policía, es enviada a trabajar a la productora Oliver Music para destapar y conseguir pruebas de lo que se oculta detrás de la misma. Para ello, tendrá que ejercer como s...