Parte 2: ya no está

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En la casa de Bluey, Mackenzie estaba preocupado, ya que su esposa aún no había vuelto.

Mackenzie: ¿Donde estás, Bluey? ¿Por qué no regresas?

Christine pasaba por allí y vio a su padre con cara preocupada.

Christine: Papi, ¿estás bien?

Mackenzie: Oh, sí, hija, ¿por qué?

Christine: Es que te veía preocupado.

Mackenzie: Solo estoy esperando a que vuelva tu madre, volverá pronto, ya verás.

En eso, suena el teléfono de Mackenzie. Mackenzie lo coge, un poco extrañado ya que era un número desconocido.

Mackenzie: ¿Dígame?

Voz: Hola, ¿es usted el señor Collie?

Mackenzie: Si, soy yo, ¿que pasa?

Voz: Necesitamos que venga al hospital. Su esposa está en urgencias.

Mackenzie se quedó helado al escuchar esa noticia. Christine también había escuchado la conversación y estaba preocupada.

Christine: *asustada* ¿Le ha pasado algo a mamá?

Mackenzie: *alterado* ¡Hija, tenemos que ir al hospital YA!

Los dos se pusieron sus abrigos y fueron corriendo al hospital donde estaba Bluey.


Al llegar allí, Mackenzie fue corriendo a recepción a preguntar por su esposa.

Mackenzie: *alterado* ¿Mi esposa está bien?

Señora: Ahora mismo le informamos, señor. Tome asiento.

Mackenzie se sentó junto a Christine en la sala de espera. Estaba muy nervioso. ¿Lograría sobrevivir Bluey al accidente?

Unas horas más tarde, un doctor anuncia su nombre con cara seria.

Doctor: ¿Es usted Mackenzie Collie, esposo de Bluey Christine Collie Heeler?

Mackenzie: Si, soy yo, ¿cómo está?

Preguntó, pero ni él ni su hija estaban preparados para lo que iban a oír.

Doctor: Señor Collie, lamento informarle que su esposa falleció.

Mackenzie se quedó paralizado. Sentía que sus piernas no le respondían.

Mackenzie: ¿Que... dijo?

Doctor: Su esposa murió, señor. Lo siento, pero se dio un golpe muy fuerte en la cabeza contra el parabrisas y no pudo soportarlo.

Mackenzie comenzó a sollozar. Abrazo a su hija, quien también lloraba desconsolada. No podían creerlo, Bluey estaba muerta.

Christine: *con voz quebradiza* Papi, ¿ya no volveremos a ver a mamá?

Mackenzie: No, hija, no la volveremos a ver. *sollozando*

Los dos se fueron del hospital, recogieron el coche del taller (estaba un poco dañado) y se fueron a casa con lágrimas en los ojos. Los dos se fueron a dormir a la cama de Bluey y Mackenzie, ya que no querían estar solos. Al día siguiente tenían mucho que preparar.




Ella no está en este mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora