Parte 6: extrañando a mamá

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Una noche, la pequeña Christine estaba durmiendo, cuando alguien apareció en sus sueños.

Estaba caminando tranquilamente por un prado, cuando vio a su madre tumbada en la hierba.

Christine: ¿Mamá?

Bluey: ¿Si, querida?

Dijo Bluey sentándose en el suelo.

Christine: ¡MAMÁ! *va corriendo hacia ella con lágrimas en los ojos* ¡Pensé que te habías muerto! *la abraza*

Bluey: Oh, cariño, mamá siempre estará para ti, incluso si no puedes verla.

De repente, una nube oscura se puso entre las dos, y un tornado separó a Christine de su madre. Solo pudo verla por última vez cuando dijo.

Bluey: Te amo.

Y, en ese momento, el tornado la absorbió, dejando a Christine sola.

Christine: *llorando* ¡NO, MAMÁ, NO ME DEJES SOLA! ¡MAMAAAAA!

De repente, se despertó en su cuarto. Todo había sido una pesadilla. Estaba sudando. Pero eso no la importaba, solo quería ir con su padre. Corrió hacia su cuarto y le despertó.

Christine: *con voz baja* ¿Papi?

Mackenzie: *despertando* ¿Que ocurre, hija?

Christine: ¿Puedo dormir contigo? Tuve una pesadilla.

Mackenzie: Oh, querida, claro. Ven, súbete.

Christine se subió a la cama de su padre y se acurrucó en su pecho.

Mackenzie: *acariciando su cabeza* ¿Así mejor?

Christine: Sí, gracias, papá.

Y se durmió junto a su padre.

Al día siguiente, Mackenzie estaba haciendo el desayuno mientras Christine pensaba con tristeza el sueño que tuvo. Aún extrañaba a su madre y la entristecía él no estar a su lado. De repente, Mackenzie interrumpió su pensamiento.

Mackenzie: ¿Hija, pasa algo?

Christine: ¿Eh? No, papá.

Mackenzie: Bueno, pues toma el desayuno, que se esta enfriando.

Christine comió su desayuno rápido y, más tarde, se subieron al coche para ir hacia la escuela de Christine.

En la puerta, Mackenzie se encuentra con Calypso.

Mackenzie: Hola, Calypso, ¿Cómo va todo?

Calypso: Bastante bien. ¿Y tú?

Mackenzie: Algo mejor, gracias.

Calypso: Eso es bueno.

Mientras, Christine se encontraba con Nico.

Christine: Hola, Nico, ¿qué tal?

Nico: Bien, ¿y tú?

Christine: He estado mejor.

Nico: ¿Que te pasa?

Christine: No tengo ganas de contarlo.

El resto del día transcurrió con normalidad. Christine logró reprimir su dolor por aquel sueño que tuvo. Pero, cuando fue a recogerla su padre, sentía que quería contárselo a alguien.

Christine: *poniéndose el cinturón* ¿Papi?

Mackenzie: ¿Si, pequeña?

Christine: ¿Podemos hablar en casa?

Mackenzie: ¿Por qué?

Christine: Es algo personal.

Mackenzie, con preocupación y curiosidad por saber que le quería decir su hija, condujo hacia casa. Una vez allí, se fueron a la cocina.

Christine: ¿Papá?

Mackenzie: ¿Sí?

Christine: ¿Recuerdas anoche, cuando quise dormir contigo porque tuve una pesadilla?

Mackenzie: Si, ¿por qué?

Christine: Resulta que... *se le humedecen los ojos* ... soñé con mamá, que estaba a su lado. Ella me dijo que siempre estaría para mi, pero entonces un tornado nos separó y ella se perdió en las nubes...

Dijo llorando. Mackenzie estaba preocupado por su hija, no quería verla llorar. Así que la abrazó.

Mackenzie: ¿Sabes que? Tu madre tenia razón en ese sueño.

Christine: ¿Por qué?

Mackenzie: Porque ella siempre estará para ti, aunque no puedas verla, porque te ama.

Esas palabras reconfortaron a la niña, quien posó su cabeza sobre su padre para disfrutar de aquel cálido abrazo.




Ella no está en este mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora