Parte 16: boda

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Después de aquel día, el resto de los días fueron muy atareados: tenían que organizar la boda, llamar a los invitados y hablar con sus familiares. Nico se lo comentó a los suyos y se emocionaron con la noticia, mientras que con Christine también sucedió algo parecido.

Christine: Papá, adivina que.

Mackenzie: ¿Sí, hija?

Christine: ¡Nos vamos a casar Nico y yo!

Mackenzie: ¿En serio?

Christine: ¡Sí! ¿A que es genial?

Mackenzie: ¡Que orgulloso estoy de ti, mi niña! *abrazándola* ¿Cuando será la boda?

Christine: Para dentro de unos meses.

Mackenzie: Te prometo que estaré allí.

Christine: Oh, papá, no tienes por qué prometerlo, ya lo sé.

Christine abrazo a su padre, quien correspondió el abrazo, para luego despedirse de él. Cuando se hubo encontrado solo, Mackenzie miró una foto de su esposa, lo cual lo puso bastante nostálgico.

Mackenzie: Ojalá estuvieras aquí, mi amor. Ahora nuestra hija se va a casar. Estoy feliz por ella, pero no puedo evitar sentirme triste porque no podrás verla.

Dijo con melancolía para luego ir a hacerse la comida.

Los siguientes días se preparó todo: Christine fue con su padre a hacerla el vestido, Nico fue a comprar un traje elegante, fueron a una pastelería a elegir la tarta, hicieron la lista de invitados y eligieron un bonito lugar, la playa.

Llegó la víspera del día, y Christine estaba durmiendo con su prometido en su cama.

Nico: Que emoción, mañana nos acostaremos aquí siendo marido y mujer.

Christine: No puedo esperar, va a ser genial, aunque...

Nico: ¿Que te pasa, querida?

Christine: No puedo evitar sentirme triste. Como recordarás, mi madre murió hace más de 12 años, y me entristece que no pueda venir a la boda. Se que ella hubiera querido eso más que nada.

Nico: Se que aún sientes dolor por la pérdida de tu madre, pero se que ella te estará viendo desde el cielo, tan esplendorosa con su vestido de novia.

Christine: Oh, gracias, cariño.

Nico: De nada, amor.

Dijo para que luego se durmieran abrazados.

Llegó el día siguiente, y había mucho apogeo. Mackenzie estaba con Christine, en la capilla preparándola para salir.

Christine: Mira, papá, ¿te gusta?

Mackenzie: ¡Estas guapísima, hija! ¡Cuanto me gustaría que viera esto tú madre!

Christine: Ya, anoche la recordé, y no puedo evitar sentirme triste de que no pueda venir a la boda.

Mackenzie: Ya, a mí también me gustaría que estuviera, pero sé que nos está viendo desde el cielo.

De repente, los dos sintieron una sensación de calor muy satisfactoria. Era como si Bluey estuviera junto a ellos, aunque no lo estuviera. Era muy relajante.

Mackenzie: ¿Ves como si esta?

Christine: Sí, ahora tengo más confianza.

Después, se vio al padre saliendo con la novia hacia el altar, donde esperaba Nico. Los dos fueron desposados y se dieron un beso ante la puesta de sol, y después se pasó a la fiesta. Hubo risas y diversión, aunque alguna vez alguien se pasó de rosca.

Christine: Este es el mejor día de mi vida.

Nico: Yo tampoco cambiaría esto por nada.

Mackenzie: ¡Eh! ¡Mirad allí!

Capitan: ¡Es Rusty! Pero, ¿qué hace encima de la mesa?

Mackenzie: Se volvió a pasar de copas.

Luego se vio a Indy sacando de la mesa a su marido y llevándoselo. Al final del día, los recién casados se fueron a su apartamento a dormir juntos en su primera noche como marido y mujer.

Ella no está en este mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora