Caminábamos, yo mirando al suelo y Sarocha atenta a todo lo que se pudiera observar en la calle. En unos minutos, sentí sus dedos en mi barbilla, alzándola, haciendo que la mirase.- Te pierdes muchas cosas si solo miras hacia abajo. Como que en tan solo un momento van a encender las farolas de la calle... Se encienden por secciones, ¿sabías?
Negué con la cabeza, ahora con curiosidad por saber cómo era ver aquellas luces encenderse.Por más que camináramos no veía que las luces se encendieran, todo seguía igual, pero ahora me fijé en que todas las tiendas estában decoradas con objetos y luces navideñas, algunas parejas caminaban de la mano y varios niños llevaban globos y regalos en sus manos...
Realmente había muchas cosas de las que no me había dado cuenta antes si iba mirando al suelo. El foco de mi mirada se fijó en Sarocha , que ahora paseaba con una sonrisa orgullosa en su rostro y las manos en los bolsillos.
En unos momentos, se encendieron todas las luces de la calle en la que estábamos, la cual me sonaba... Claro! Allí estaba el apartamento de Sarocha . Oí que sacó las llaves, solo espere, y en unos momento estábamos en el ascensor. Recuerdo que ahí fue el sitio donde Rosé me conté que estaba componiendo una canción, intenté recordar la melodía, pero era casi imposible.
- Becky... Escúchame un momento, por favor. -levanté la vista hacia ella, que ahora parecía preocupada-. Es posible que ahí dentro con Tee esté Nam, así que solo...no te agobies, ¿vale? No va a hacer nada mientras yo esté aquí. Y lo de Tee... En ese momento se abrió la puerta del ascensor y avanzamos a la puerta-. A Tee solo dale tiempo... Tiene mucho carácter, pero...
Yo bajé mi mirada al suelo, recordando mis liezos rajados, entonces, casi tan rápido que no lo noté, se acercó a dejar un beso en mi mejilla-. Tranquila.
¿Tranquila? i¿Cómo iba a estar tranquila después de ese beso que me había quemado la piel?! Literalmente, notaba mi cara arder.
Escuché que Sarocha abrió la puerta y entré tras ella, así que supuse que Rosie ya estaba cocinando.
-¿Has probado la cerveza alguna vez? -preguntó Sarocha, yo alcé mis cejas, muchas veces había visto a mis padres tomando así que... ¿por qué no probarla?.
-¿Quieres probar una?. Me encogí de hombros, medio sonriendo.
Sarocha desapareció tras la barra americana, podía escuchar como se metía con Rosie y Rosie con ella, pero ambas reían. Observé la sala, que no era muy grande, pero tenía dos sofás, una tele y una mesita. También me fijé en algunos videojuegos que había colocados en la estantería, parecían muy bien cuidados y casi quise acercarme a tocarlos.
-¿Te gustan los videojuegos? -Escuché una voz a mi espalda, me giré y vi a Rosie sonriéndome. Su pelo estaba recogido en un moño tan despeinado que una especie de flequillo caía sobre su rostro, ahora manchado de harina. Su aspecto me hizo sonreír.
-Mi favorito es Life is strange, este. -Señaló uno de los discos con el dedo índice.
- ¡Zanahoria, te juro que como se te queme el pollo asado y tengamos que pedir pizza, te tragas un sofá! -Rosie soltó una risa y volvió a dejarme sola en aquella sala.
Terminé sentándome en el sofá que estaba frente a la tele, sacándome los guantes.
Unos sonidos bastante extraños empezaron a resonar en el pasillo cuando Sarocha y Rosie dejaron de hablar entre ellas, eran como... ¿Quejidos? ¿Qué estaba ocurriendo?
¿Tenían una máquina torturadora de personas en aquel pasillo de los horrores? Los sonidos provenían de la habitación de Sunmi, pero no me pensaba acercar.