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Sarocha se separó de mí y me miró a los ojos, mis mejillas ardían, así que solo apoyé mi cabeza en su hombro y me abracé a su cuerpo.

-Yo... yo... yo...

-Está bien, Bec... -Sus brazos me rodearon el cuerpo, acariciándome con tanto cuidado que parecía que estaba acariciando una obra de arte en vez de a mí.

-Te... yo te... -Palabras se quedaban atoradas en mi garganta, mientras ella se separaba de mi cuerpo con un brillo especial en sus ojos. -Yo te curo esto. -Dije por fin, ella solo asintió con una sonrisa algo triste, el brillo de sus ojos se había esfumado, pero no entendí el porqué. Me di la vuelta hacia la cocina y traje de vuelta el botiquín, con algunas cosas ya preparadas.

Nos encontramos ambas sentadas en el suelo, ella me miraba atentamente mientras yo me concentraba en mojar un poco de algodón en desinfectante.

-Está bien... a ver, mírame... Le dije arrodillándome a su lado, curé el corte de su ceja con sumo cuidado, sus ojos estaban de nuevo fijos en mis labios y eso no me agradó...

No quería que Sarocha me mirara así, porque yo no era el tipo de chica que ella merecía.

-Hey, casi no duele... ¿Dónde aprendiste...? -Mi mirada sin querer se dirigió a mi brazo izquiero, ella siguió el camino y entonces comprendió-. oh, entiendo...

Después cogí sus manos para curar sus nudillos, también con delicadeza. Apreté demasiado en una ocasión, ella solo apretó los labios y yo me disculpé en un susurro.

Cuando acabé, me levanté con rapidez y volví a la cocina a guardar el botiquín. ¿Me gustaba Sarocha? Definitivamente sí. Mucho y ahora que yo la había besado, ella lo sabía.

¿y si esperaba algo más conmigo? Oh, vamos Becky, eres la definición de patética
¿Por qué alguien te iba a querer?
Pero entonces... ¿Había fingido el beso? ¿Solo para que no me deprimiera? Puede que enseñarle las cicatrices hubiera sido una mala idea... ¿Me había besado por pena?

Mi mirada estaba clavada en la encimera escuchando la voz de mi conciencia, tan solo cuando noté mis ojos llenos de lágrimas los cerré. Tan solo si... tan solo si pudiese portarme como una persona normal...

Un sollozo salió de mis labios, el cual traté de reprimir en mi pecho, pero solo fue un pequeño detonante para las lágrimas que empezaron a caer. Las sentía acariciarme las mejillas, como una caricia húmeda, una caricia triste. Una caricia que avisaba que alguien destruido iba a caer tarde o temprano.

Mis pies, a pasos lentos, se firigieron hacia el pasillo, tan solo me quedé en el umbral de la puerta, las lágrimas no paraban de caer, y Sarocha me miró algo asustada y se levantó tan pronto como pudo, pero yo di unos pasos atrás, no quería que me tocase nadie, estaba ansiosa, tensa.

-Bec... Hey, escúchame... escucha mi voz. Tan solo escúchala. -Cerré mis ojos, apretando los párpados con fuerza; los sollozos nerviosos salían involuntarios de mi interior. - Respira, pequeña... respira... Deja que me acerque a ti.

Pude escuchar sus pisadas silenciosas acercarse, yo solo me quedé totalmente quieta.

Estaba temblando, estaba en medio de un ataque de ansiedad y me odiaba por ello. Me costaba mantenerme en pie, pero mi cuerpo estaba rígido de forma involuntaria.

-Mírame, Bec... A ver esos ojitos, venga. -Abrí mis párpados y de lo fuertes que los tenía cerrados solo veía mil estrellas, hasta que mi vista se aclaró y vi su perfecto rostro de nuevo, con sus ojos clavados en mí.

-T-tengo... tengo miedo... -Mis manos temblaban, las tenía heladas, lo podía notar.

-¿De qué? - Ladeó la cabeza acercándose un poco a mí, al final permití que ella me rodeara protectoramente entre sus brazos.

CAOS/ FREENBECKY Donde viven las historias. Descúbrelo ahora