Con el correr de los días puedo decir orgullosamente que ya me estoy comenzando a acostumbrar a los cambios. Por supuesto que aún me hace temblar la idea de que ser esto me impida cumplir mis sueños, o peor aún, que por mi culpa ponga en peligro a mis amigos. Pero cuando mi mente comienza a pensar en esas cosas, trato de usar esas ideas para motivarme a entrenar más.
Empujo mis limites a diario con Zoro, él cuida de mi pero también me exige y eso me gusta, no me trata como una florcita frágil pero entiende mis límites y no me humilla cuando los ejercicios me cuestan o cuando debo parar a descansar.
Noto que estoy ganando algo de músculo y eso me emociona mucho, lo hablé con Chopper y él me dijo que es un cambio buenísimo y que estoy haciendo las cosas bien.
También procuro alimentarme bien. Chopper y Sanji elaboraron una dieta bastante estricta para mí; tengo que comer de manera muy balanceada y saludable. Sanji nunca me deja saltarme comidas, y es capaz de golpear a Luffy si él se roba alguna de mis porciones especiales. Aunque, desde que sabe que son necesarias para mi bienestar, no se atreve a tocarlas y eso me parece un gesto tierno.
Todos han sido muy amables conmigo, me han cuidado y me tratan como si no fuese la gran cosa que yo sea un gamma. Sinceramente, lo prefiero así, no soportaría que me trataran distinto a como eran las cosas antes. Porque así éramos felices y las cosas funcionaban. Sin embargo, sí noto unos ligeros cambios en el ambiente.
Y es que, ser gamma te da una gran habilidad sensorial. Al no poder suprimir mis feromonas con supresores, tengo mis instintos a flor de piel siempre, y eso me vuelve un gran analizador de emociones. Puedo oler hasta la más pequeña sensación impregnada en las feromonas de mis compañeros. Uso esta habilidad, mas que nada, para ser oportuno con las cosas que digo y acercarme aún más a mis amigos. Me gusta cuidar de ellos y sentirme parte de sus momentos vulnerables. De alguna forma, siento que confían en mí.
A veces, cuando no creo que acercarme para charlar con alguien preocupado sea lo mejor, simplemente dejo salir una oleada de feromonas relajantes. Obviamente las perciben, pero nadie me dice nada al respecto, saben que no las puedo controlar.
Aparte de esa relativa ventaja, la verdad es que no hay muchas otras. La vida de un gamma está llena de cuidados extras para evitar que la salud decaiga.
Por ordenes estrictas de Chopper debo comer cuatro veces al día, con un espacio no mayor a cuatro horas entre comidas, debo beber dos litros y medio de agua a diario y dormir más de ocho horas pero menos de once. Hago estiramientos, recibo masajes, ejercito mis músculos y entreno en cómo controlar mis instintos. Esto último es lo más complicado.
Al ser yo, un joven gamma, soy propenso a estar siempre alerta y los cambios repentinos en mi entorno me estresan. Y el estrés muy severo puede llevarme a la muerte. No reaccionó bien a la presencia de otros alfas, eso lo pude comprobar cuando unos bandidos quisieron atracarnos y reaccioné escapando.
Me sentí tan idiota, pero mi gamma lloraba tan descontrolado que lo único que podía sentir era miedo. Terror a estar en presencia de alfas desconocidos. Me escondí en un armario y tuve que envolverme con la ropa de Luffy para intentar calmarme y no entrar en pánico. Y eso me hizo sentir profundamente miserable.
Ahora mismo, me encontraba encerrado en la habitación. Aún con uno de los chalecos de Luffy envolviéndome y abrazando la almohada que usa Sanji para dormir. Todos notaron mi ausencia durante el enfrentamiento, pero nadie me dijo nada. Supe luego, por boca de Robin, que no había sido nada difícil de afrontar y que hice bien en apartarme de la pelea. Podría haber sido muy peligroso para mí.
Ella me abrazó fuerte cuando le respondí, furioso conmigo mismo y con mi gamma cobarde, que para qué rayos me entreno a diario si no sirvo ni para un mísero combate de cuarta. Robin limpió mis lágrimas y, con una sonrisa que me hacía acordar a las de mi mamá, me dijo que aún no estaba listo para eso, que debía darme mi tiempo. Robin era una persona muy sabia, yo confío en ella y sus palabras y su abrazo dulce fueron suficientes para calmarme, al menos de momento.
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El gran guerrero del mar. (Usopp x All)
FanfictionLa mañana en la que Usopp cumple los 18 años, florece su segundo género, sorprendiendo a todos por la demora en su presentación y aún más, por su naturaleza única. Sin embargo, Usopp no está contento de ser uno en un millón y teme que su sueño pelig...