El gran guerrero del mar. (Usopp x All)

12: Sucio.

TW: Este capítulo contiene escenas violentas.

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Nunca seré capaz de olvidar a aquel hombre.

Sus manos de dedos largos y filosos, parecían arrancarme la vida del cuerpo cuando me tocaba. Sus ojos grandes y saltones reflejaban desprecio hacia mí, hacia todo lo que soy. Me miraron con tanta perversión y odio que me provocaban escalofríos. 

Su cercanía me permitía sentir la temperatura de su piel, el latido de su corazón, el sudor de su cuerpo, el olor asqueroso de sus feromonas. Apestaba a dominación, a una lujuria que me sometía y me daba miedo.

Tenía miedo. Quería gritar, huir, golpearlo y correr lejos. Pero lo único que podía hacer era llorar en shock, sin poder mover mi cuerpo siendo tocado por el alfa que me arrebataba la poca dignidad que me quedaba.

La habitación entera empezó a oler a mi miedo, podía sentir el sudor frío que anticipaba mi ataque de pánico y la hiperventilación fue ignorada por completo.

A él no le importaba que yo estaba asustado. Sólo seguía tocándome.

Deslizó sus manos por mis piernas, subiéndolas a mis muslos y, a su paso, mi piel se erizaba con desprecio.

Basta, por favor. ¿Por qué me haces esto? Basta.

No quise mirar su rostro para no enfrentar aquellos viles ojos que seguramente me estaban deseando. Pero sentí el gruñido de su alfa cuando me vio temblar. Mi debilidad y mi reacción asustada y sumisa lo estaba calentando.

Es un enfermo, necesito escapar, pero no puedo moverme.

¿Por qué mierda no puedo moverme? 

Aquellas manos tocaron todo de mí. Me torturaron sus caricias malditas. Su voz de comando me penetró la consciencia e hirió de muerte mi capacidad de actuar. 

Estaba a su merced y me odiaba por eso. 

Lo odiaba por eso.

"Sucio..."

Me siento sucio. 

Sus labios quisieron recorrer la piel de mi cuello y yo temí ser marcado. Mi gamma se desesperó y lloró. Mi cuerpo respondió agitándose con violencia. 

Pero su maldita voz de comando me obligó a detenerme.

Me estaba obligando a estarme quieto mientras él me ensuciaba. 

Mi psiquis se rompía. No lo entendía. ¿Por qué me hace esto? 

¿Por qué a pesar de todo mi esfuerzo, de mis sueños, de mi recorrido, de todo aquello que me convierte en un humano libre, un alfa cualquiera viene, usa su voz de comando, y me somete? ¿Por qué no puedo simplemente no ceder?

¿Esto es ser un gamma?

No se trata, entonces, de mi debilidad. Ese no es el problema. El problema son los alfas y sus ganas de dominarlo todo, de romper lo bello, destruir lo puro y arruinar lo que no les pertenece pero, egoístamente, desean.

Sentí la humedad de su lengua sobre mi clavícula y sus dientes se clavaron en ella...

Me dieron ganas de vomitar de nuevo.

"Sucio... Basta..."

¿Habrán notado mi ausencia? ¿Sabrán que estoy aquí, a punto de perderlo todo, de perderme a mí?

"Ayuda, por favor"

Lo vi quitarse la ropa con ansías. Estaba desesperado por ensuciarme. Me daba asco. Me quería morir.