16.5: Ojos azul infinito.

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Caí sobre el pecho de Sanji e inmediatamente me refugió en sus brazos. Podría decir que los dos estábamos sorprendidos. No sé si lo que hicimos fue correcto, pero juro que me encantó y desearía que se repitiera. 

En mi pecho, tengo instalada una sensación agradable de amor y confort. Soy un gamma enlazado ahora, y no puedo disimular mi felicidad sobre eso. 

Ni siquiera sé muy bien qué significa tener un lazo a un alfa siendo un gamma, pero, carajo, estoy muy feliz. 

Me acurruqué más contra su pecho y me sentía tan a gusto que había empezado a ronronear. El pecho de Sanji estaba caliente, húmedo y agitado, su mano recorría mi pelo; estiraba mis rulitos y los soltaba para hacerlos saltar, pero sus movimientos eran suaves y lentos. Estaba agotadísimo.

Creía que los alfas en celo eran salvajes bestias del sexo, pero no mi Sanji. Él era un caballero, hasta estando preso de sus instintos. 

— ¿No estás molesto? No tendría que haberte marcado, lo siento mucho... — Su voz sonó débil y triste, a pesar de tener en su rostro una sonrisa de excusa. Mis ánimos tambalearon un poco.

— ¿Te arrepientes? — Me separé de su pecho y lo tomé de los hombros mientras lo miraba con el ceño fruncido. No me habían gustado sus palabras. Y mi marca, que hasta ese momento sólo se sentía caliente e intensa, ahora estaba picando en incomodidad.

— No, no, precioso, no es eso... Estoy muy feliz de ser tu alfa, me esforzaré mucho en ser un buen alfa para ti. — Acercó su rostro a mi cuello y dejó besos en mi marca, mientras me abrazaba por la cintura — Pero, ¿No te molesta a ti? No hace mucho que te presentaste, y te han pasado tantas cosas... No quisiera ser una carga emocional para ti. 

Es inesperado. Pasaron pocos meses, pero siento que han pasado años desde que me presenté. Nunca había vivido con tanta intensidad, con tanta negatividad, ni tampoco con tanta conexión espiritual conmigo mismo. Ciertamente, es todo muy raro y reciente, pero ya no estoy avergonzado ni conflictuado. 

Estoy haciendo lo mejor que puedo todos los días para vivir mejor. 

No hay manera en la que un lazo con alguien tan dulce, atento y fuerte como Sanji, sea una carga para mí. Al contrario, creo que me gustaría tener unos brazos a donde correr cuando me ponga triste. 

Y las manos de Sanji hacen magia cuando me tocan. Limpian todo lo sucio, alejan todo lo malo. Me siento a salvo con él. 

Acaricié su cabello y sentí su suavidad. Mi corazón comenzó a latir muy fuerte. 

Dios, va a estar todo bien, ¿Cierto? 

Vamp no hablaba de cosas malas luego de tener su marca. Al contrario, todos sus relatos al respecto, se centraban en aspectos negativos, pero, ¿Qué dirían los demás? Me ponía un poco nervioso la opinión de Luffy y Zoro.

Yo no quería tener que alejarme de ellos ni limitarme a Sanji.

Demonios, ¿En qué estoy pensando? Ya me enlacé, no puedo pensar en otros alfas.

"Nuestros alfas nos tienen que marcar también."

¿Qué? No, ¿Qué dices? No.

— Mira, Usopp... — Cuando me concentré en él, lo vi observándome nervioso. Tal vez mi silencio se prolongó. — Yo no quiero molestarte, te daré todo el espacio que necesites y siempre que necesites ayuda, podrás contar conmigo, pero, por favor, no te arrepientas de haberme elegido. — Sus palabras sonaron tan tristes. Su mirada se veía tan triste.

¿Por qué estas tan triste, Sanji?

 Lo abracé por el cuello. Junté nuestros cuerpos aún más, ansiando más cercanía. Me gustaba el contacto de su piel suave con la mía. Apoyé mi frente en la suya y acaricié nuestras narices juntas. Era tan hermoso. 

En aquella noche fresca, la oscuridad reinaba, y era muy difícil hallarle forma a los objetos de alrededor porque la luz crepuscular, aunque bella, era muy débil. Pero mis ojos ya se habían acostumbrado a la oscuridad, y ahora lo único que deseaban recorrer eran las líneas que dibujaban el tan perfecto cuerpo de mi amado.

La forma en la que su cabello caía sobre su frente y se movía por el viento, me resultaba adorable, así que tuve que acariciarlo y besarlo allí también. 

Sus labios estaban hinchados por los besos y quizá también por el frío, se veían jugosos y dulces. Lo besé ahí también. Permitió que mi lengua acariciara la suya con una parsimonia única.

Quería tratarlo como se merece. Quería borrarle esa tristeza que me lastimaba. Nunca quería que me mirara de nuevo con aquellos ojos azules tan afligidos, porque aquel azul no debía representar el pesar, la angustia, o el dolor. Aquellos ojos estaban hechos para representar la calma, el hogar, el infinito. 

Cuando nos separamos del beso, suspiré y dije:

— No estoy molesto, mi corazón. Sólo pensaba que quizá fuimos imprudentes... — Me reí un poco. Habíamos sido unos atrevidos teniendo sexo tan desbocados en la cubierta donde cualquiera podría haber salido y vernos. 

Sanji también río y sus ojos se aliviaron. Ah, ahí está de nuevo ese azul sereno que tanto me gusta.

— Lo fuimos, pero, ¿Me culparías? Estabas bailando tan divinamente... Tuve que acompañarte, dejarte bailar solo habría sido de mala educación. — Su tono de voz, juguetón y seductor, me provocó un escalofrío ansioso.

— Claro, y como eres todo un caballero, no pudiste resistirte a hacerme bailar de más, ¿No? — Seguí su juego, porque era divertido sentirme así de sexy con él.

— ¿Me lo recriminas? ¿Ahora vas a decirme que no te gustó bailar conmigo? — Me tomó por la cintura y me hizo sentarme mejor sobre sus caderas. Me reí.

— Me ha gustado mucho... Y sé que a ti también. — Besó mi cuello y mis clavículas. Mi marca se sentía caliente y las feromonas de ambos tan deliciosamente mezcladas me estaban provocando.

— Mhhh ajá, a mi también. — Continuó regando un camino de besos por mi cuerpo, perdiendo interés en la conversación y concentrándose en hacerme gemir.

Me fundí en él, como si fuese vidrío sometido al calor de sus besos. Me sentí en el lugar correcto estando entre sus brazos, y teniéndolo dentro toda la noche. Gemí su nombre, sin pudor, porque me encantaba cómo sonaba el placer y su nombre tan bello, mezclados. 

Cuando la luna dio paso al sol, su cuerpo cayó completamente agotado, durmiéndose en mis brazos. Me pareció tan adorable que llené su rostro de besos, me acurruqué contra él y, finalmente, me dormí feliz.

Mi alfa es un hombre de buenos sentimientos, con sueños, con pasiones. Voy a ser quien lo cuide, quien lo satisfaga y quien lo proteja. Es la promesa que le hago a este lazo inesperado que decidimos formar. De esta forma, lo nuestro comienza a sentirse más real. 

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Capítulo cortito pero que creí necesario jajaja. Espero que les guste. 

Aviso que mañana temprano me voy de viaje una semana y voy a estar sin la compu, puede que por eso no actualice. Pero se vienen cositas, armen sus teorías, sjjajsj

Gracias por leer, lxs tkm ❤️❤️❤️

El gran guerrero del mar. (Usopp x All)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora