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-¿Por qué?-preguntó, sin entender mucho y ladeando la cabeza hacia un costado

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-¿Por qué?-preguntó, sin entender mucho y ladeando la cabeza hacia un costado. Vió a Spreen mirarlo por dos segundos antes de suspirar.

-Porque prefiero hablar de vos-Juan sintió sus mejillas aún más calientes que antes, y bajó la mirada a sus dedos con una sonrisa nerviosa, -o de mi, no lo sé boludo

El castaño no pudo ver la expresión del híbrido, pero realmente él quería conocerlo y no gastar su tiempo con él hablando de su novia, cuando cualquier otro chico alardearía sobre lo fantástica que es su relación.

Juan comenzaba a sentir pequeños hormigueos cada vez que estaba con el pelinegro. La atención que este le daba los últimos días era tan rara, pero cómoda, cálida y satisfactoria. Sus malos ratos comenzaban a esfumarse cuando el chico sonreía. Y Juan sabía que se estaba metiendo en un lugar demasiado peligroso, y que debía ordenar sus ideas y convencerse de otras que no le agradaban tanto. Pero era eso, o seguir ilusionándose con el perfecto chico de pelo castaño, brazos fuertes y ojos tan expresivos que tenía una novia -y para colmo era su compañera de trabajo- y que nunca le daría una oportunidad.

Pero por el momento, no lo haría, tal vez mañana si, pero hoy quería hablar y saber más sobre el híbrido oso.

-¿Apoco si tilín? -cruzó sus brazos por encima de la barra y levantó una ceja, cosa que no se vio por su cabello castaño peinado hacia abajo, -Entonces cuentame de ti, oso.

Spreen chasqueó la lengua, olvidándose repentinamente de sus pensamientos negativos y mirando a Juan con una sonrisa cómica.

-No soy para nada interesante boludo, te voy a enfadar de boludeces -El híbrido se encogió de hombros, y Juan no pudo estar en más desacuerdo.

¿Qué no tendría de interesante un hombre como el hibrido?

-Anda, cuentame sobre tí, solamente sé que te llamas como una soda  -Juan hizo un puchero y pestañeó un par de veces rápidamente, intentando utilizar el encanto que tenía para convencer al hibrido

Le miró enfocarse en su rostro, desde detrás de la pantalla de su computadora, y supo que había conseguido su objetivo al verle sonreir entre un suspiro y cerrar los ojos por un par de segundos.

-Mi nombre completo es Spreen cubito DMC  -dijo, para luego abrir los ojos y enfocarlos en los de Juan, -tengo 18 años, tengo una gata llamado Pelusa, mi color favorito es el... Azul , estoy en mi último año de bachillerato  en la preparatoria de tortillaland, me gusta la moda y... estoy intentando ser vegetariano.

Lo último hizo que Juan elevara las cejas, -;Vegetariano? -preguntó, sin poder creerselo.

-Si, osea, intentando, por ahora soy una especie de semi-vegetariano o algo así boludo aunque no se, por mi negocio dudo que funcione el plan, no importa amm y por ultimo me gustaria estudiar negocios internacionales -Spreen se rascó la nuca, volviendo la vista hacia su computadora y tecleando un par de cosas más. Juan asintió, comprendiendo.

-Qué genial que busques estudiar negocios, ¿es tu pasión? -volvió a preguntar, completamente curioso y escuchando con una sonrisa la risita de Spreen.

-Algo así también, en realidad soy muy artístico boludo, sé pintar, componer, producir, bordar,  rapear, cantar y bailar, pero me enfoco más en el ámbito de los negocios por mi viejo, por ello tengo mi propio local que aun no es visto por el Sat

Juan abrió los ojos como plato, ¿acaso había algo que el híbrido no pudiese hacer? ¿Como mierda hizo tanto? Ahora, aparte de sentir una profunda atracción hacia él, se sintió humillado por un menor, un deje de admiración se coló en el castaño acompañando esa mentalidad , el jamás habia sido bueno para muchas cosas a la vez, durante la preparatoria solamente estuvo en el taller de danza, y era lo que mejor se le daba y casi lo único que le gustaba hacer, aparte de cuidar animales en la universidad y vender dibujos de Goku

-Alaverga , ¿ y así te consideras poco interesante?

Spreen se encogió de hombros, -Y tú que estudias?, -le preguntó de vuelta, terminando el tema sobre él mismo.

Juan le miró incrédulo, él no estaba estudiando en ninguna parte y ninguna cosa, se dedicaba a su trabajo y a ahorrar dinero para si mismo, —Cuantos años piensas que tengo? -respondió con otra pregunta, elevando una ceja y dedicándole a Spreen una mirada incrédula.

-Hummm, ¿17-18? -el azabache dijo con duda, haciendo una pequeña mueca que arrugó su nariz e hizo a Juan derretirse por lo lindo que se vió aquello.

Negó con la cabeza, mirándole algo ofendido, -Tengo 25, se bailar bachata y acabo de dejar la universidad en julio. Me he tomado un año sabático para tr-"

-i¿WHAAT?! ...¡¡ NAAA AMIGO, VOS TENES 25 ?! -exclamó el oso interrumpiendole y logrando sobresaltarle al sentir al castaño elevarse en el asiento e inclinarse hacia él con el ceño fruncido y la boca entreabierta.

-Uh-uh... si, t-tengo 25 pendejo, así que más respeto -Juan se mordió el labio, desviando la mirada hacia la calle para no colocarse más nervioso de lo que estaba.

Miró de reojo como Spreen se volvía a sentar y se cubría la boca con una de sus grandes manos. El de gafas bajó la cabeza, apenado y repitiendose lo pendejo que era por colocarse nervioso solo por tener a Spreen más cerca de lo normal, mentalmente.

-Son...7 años de diferencia -susurró Spreen, lo suficientemente fuerte como para que Juan le escuchara y levantara la vista hacia un perdido menor sentado frente a él.

-y qué tiene?

-Al menos soy lo suficientemente legal.
Juan enarcó una ceja, sin comprender.

-¿Legal para qué? Respóndeme pendejo

-Para nada -Spreen dejó de mirar a un punto muerto en la barra para sonreirle, y nuevamente escribir en la computadora.

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For me? [] Adaptación SpruanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora