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Juan bajó la mirada al suelo, aún completamente rojo mientras sentía el pulgar de Spreen acariciarle el dorso de la mano mientras las mantenían entrelazadas, intentando transmitirle paz en ese momento

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Juan bajó la mirada al suelo, aún completamente rojo mientras sentía el pulgar de Spreen acariciarle el dorso de la mano mientras las mantenían entrelazadas, intentando transmitirle paz en ese momento.

–Mamá, te presento a Juan–, habló el hibrido, rascándose la nuca algo nervioso bajo la atenta mirada de ojos oscuros de su madre, –Es... todavía no es mi novio, pero lo será–, Juan sintió su estómago removerse ante eso, la seguridad con la que lo había dicho el mayor le había puesto más nervioso de lo que estaba aunque en realidad sentía que era un gran pendejo por decir esa mamada frente a su madre.

No escuchó nada de parte de la señora Dmc, y tampoco le quiso mirar. En cambio, sintió como caminaba hasta quedar frente a él, parecía ser un poco más bajita que él. Y como de pronto se agachó lo suficiente como para ver su rostro escondido.

–Hola cariño, ¿Puedes mostrarme bien tu rostro?–, preguntó, ladeando la cabeza y con una sonrisa tan cálida como la de Spreen, Juan ya sabía de donde había sacado aquella sonrisa el mayor y sus orejas de osos la delataban un poco, parecía que estaba uy curiosa por él y feliz.

Asintió tragando saliva, levantando la cabeza mientras se mordía el labio y logrando ver mejor a la mujer frente a él. Era un par de centímetros más baja de él, de ojos pequeños y la misma sonrisa y nariz de el hibrido, su cabello negro le llegaba a la cintura y era naturalmente regordita que le dio ternura, y por detrás del hombro de la señora Dmc , notó como Robleis le escaneaba rápidamente y luego asentía con una sonrisa a Spreen.

–¡Pero si eres tan guapo el muchacho!–, de pronto, Juan se vio apretado entre los brazos de su futura suegra con fuerza, soltó un quejido mientras sus ojos se abrían sorprendidos y solamente se dejaba hacer por la extraña fuerza de la señora, miró a Spreen con algo de pánico a su lado y este solo pudo reír mientras le soltaba la mano y se encogía de hombros. Aspiró aire que le faltaba al sentir como era soltado, pero volvió a sobresaltarse al sentir esas pequeñitas manos sujetarle el rostro, –Ya veo por qué mi pequeño rompe pelotas está tan enamorado, ¡Si eres una persona tan guapa y tienes un increible sentido de la moda!–, Juan soltó una risa nerviosa y miró a Spreen con una gran sonrisa de orgullo, escuchar comentarios asi le subian el ego y autoestima mucho mas de lo que ya lo tenia, volteo a ver al hibrido dándose cuenta de que estaba sonrojado y Robleis se burlaba de él.

–Che vieja, dejalo un toque... lo estás asustando–, dijo, separándolo suavemente de su madre y refugiándolo en sus brazos, Juan se dejó hacer, sonriendo al apoyar su cabeza en el hombro de Jungkook.

-Ay que baboso, deja a tu madre hacer lo que quiera, su le gusta aventarme flores la verdad es que no me quejo, a mi se me haces que tienes envidia.

Su madre bufó divertida, –Te lo tenías bien escondido, Spreen, pero vale, que con solo verle la carita lo apruebo–, levantó las cejas, antes de darse la vuelta y tomar una bolsa que llevaba Robleis en la mano, –Ni se te ocurra hacerle daño a Juanito, Spreen.. porque te castro al igual que tu padre, y por si acaso, solo vine a ver como estaba mi hijo y dejarle algo de comida ya que este no se digna ni a llamarme, aun te recuerdo que tienes 18 jovencito–, le apuntó acusatoriamente, antes de entrar a la cocina seguido de Juan y dejarlos a ambos solos de nuevo.

For me? [] Adaptación SpruanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora