Donde Caben Dos, Caben Tres

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Extra 3. De qué pasaría si dos alfas marcan a un omega.

(situado 7 años después del final de la historia)

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El aire frío de enero era el único compañero de Jimin en aquel momento, en el enorme patio de su casa, mientras intentaba quitar las malas hierbas que tanto tendían a crecer durante aquellas épocas del año.

Estaba cubierto con una chaqueta polar y, a pesar de eso, la temperatura seguía siendo una enorme molestia. Daría todo por tener en ese momento a Taehyung a su lado, abrazándolo por la espalda y calentándolo con su ridícula temperatura perfecta de alfa. O tal vez a Jungkook, que se habría ofrecido a quitar él los hierbajos para después prepararle un té calentito y obligarlo a quedarse sentado en el porche, haciéndole compañía mientras hablaban de cualquier tema.

Pero esta vez le tocaría estar solo durante unos días. Ninguno de sus dos alfas se encontraba en casa por cuestiones de trabajo, y por más que él y su omega los desearan, no había forma de que dejasen sus responsabilidades al otro lado del mundo para volver con él.

—Jimin, hace demasiado frío para que estés aquí fuera —el rubio suspiró, girando la cabeza para observar la figura de Namjoon en la puerta del patio trasero—. ¿Me harías el favor de entrar? No quiero que mi primo y mi hermano menor me maten porque su omega en estado pilló un resfriado por mi culpa.

Ah, sí. Ese pequeño detalle. Jimin cedió a la petición del alfa, que se acercó para ayudarlo a levantarse. Su enorme barriga se lo impedía, después de todo, y Namjoon le recriminó en voz baja de nuevo haberse esforzado demasiado.

—Solo quiero que el patio esté bonito cuando vuelvan —se intentó excusar—. Jungkookie siempre lo cuida para mí...

—Mi hermanito preferiría verte sano y caliente dentro de la casa, así el patio se hunda en maleza y lodo —le recordó el alfa mayor, ayudándolo a subir las escaleras.

Jimin seguía sin acostumbrarse a que Namjoon llamara hermano a Jungkook. Habían comenzado a hacerlo los dos algunos años atrás, primero como algo esporádico, y luego se había normalizado. No le molestaba, solo le recordaba que Jungkook había perdido a sus padres por su culpa, y en consecuencia había buscado refugio con Namjoon y su madre alfa, que lo habían acogido como uno más.

Los señores Jeon llevaban años sin dar señales de vida. Sabían que seguían viviendo en Japón, y que la empresa había crecido mucho gracias a su presencia allí, pero ya no era como antes. Los veranos en la casa familiar de Jeju, donde las tres familias se encontraban, habían terminado aquel año donde se destapó la relación poliamorosa de Taehyung y Jungkook con Jimin.

Desde entonces, tan solo la familia de Taehyung y de Jimin se habían visto implicadas en la vida de pareja de los tres muchachos. Los padres betas de Jimin fueron especialmente acogedores con ambos alfas, y cada uno tenía a su favorito: el padre de Jimin adoraba hablar de música clásica y Jazz con Taehyung, mientras su madre le había enseñado mil recetas a Jungkook y comentaban juntos los dramas que echaban en la televisión nacional.

Jihyun, el hermano menor alfa de Jimin, también había hecho buenas migas con sus cuñados. Jungkook había convencido a su omega un año para que el chico los acompañara de vacaciones con los hermanos de Taehyung, y los tres habían visto algunas chispas saltar entre él y Sungjae.

Ya no eran niños, después de todo. Actualmente, los gemelos estaban a punto de cumplir veintitrés años, mientras Jihyun ya tenía veintiséis. Jimin no se podía creer que sus niños crecieran tan rápido.