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La hora de la charla de Namjoon en la conferencia llegó muy rápido para Jimin, que había aprovechado para darse una vuelta por aquella zona de auditorios de la universidad. Cuando regresó al aula Magna, los asientos habían comenzado a llenarse. La exposición de la alfa del pasillo, Minha, parecía estar finalizando cuando el omega finalmente entró al pequeño auditorio y tomó asiento lo más cerca del escenario que pudo, quedando en los sillones del centro.

Era un auditorio de alta capacidad, tranquilamente entraban 500 personas. Las paredes estaban hechas de un material especial para mejorar la acústica, de color negro, y de todas ellas colgaban algunos altavoces. Las luces del escenario le indicaron a Jimin que también se hacían obras de teatro por la estructura que se lograba ver, pero en este caso había un proyector encendido en uno de los esqueletos de metal.

Namjoon debía ser muy popular en la facultad, lo dedujo por la cantidad de gente que apareció en la sala, llegando incluso a quedarse de pie porque todos los asientos estaban llenos. El rubio no podía borrar la sonrisa de su cara, porque, aunque no le importaba nada el arte —más bien no lo entendía—, su lobo y él estaban emocionados por lo que alfa iba a explicar.

Minha terminó de hablar dando las gracias y regalando al público una reverencia de noventa grados. Todo el auditorio aplaudió —aunque la mayoría habían llegado en los últimos minutos— y la alfa se marchó detrás del escenario. La enorme pantalla que había detrás de ella y que había estado enseñando una presentación se apagó.

La que parecía ser la profesora encargado de la conferencia apareció con su propio micrófono en la mano, sonriéndole a la alfa antes de que desapareciera completamente de la vista del público.

—Ahora, el alumno Kim Namjoon nos presentará un fragmento de su tesis centrada en el arte contemporáneo que alberga la Fundación Chinati, de Texas. Por favor, un aplauso.

La mujer desapareció a la par que Namjoon salía del mismo sitio de donde lo había hecho Minha. Su pelo negro como el carbón estaba levemente peinado hacia atrás y muy corto, llevaba una camisa blanca arremangada hasta los codos y unos pantalones de pinzas negros. Jimin tragó con fuerza al verlo sobre el escenario, demasiado imponente y guapo como para no prestarle atención.

El alfa se inclinó a modo de saludo. En una de sus manos sostenía un micrófono inalámbrico y en la otra un mando muy pequeño desde el cual encendió la pantalla.

—Buenas tardes. Mi nombre es Kim Namjoon y estoy terminando la licenciatura en Historia del Arte —el moreno se presentó con una sonrisa cautivadora—. Parte de mi tesis para el trabajo final estuvo enfocada al análisis de la Fundación Chinati, que fue creada en 1986 por el artista Donald Judd, a las afueras de Madas en Texas, Estados Unidos —el alfa hizo una breve pausa, en la pantalla apareció una foto de las instalaciones—. Quise centrarme en este museo porque, aunque no sea el primero en hacerlo, tiene como finalidad crear un espacio inmersivo donde las salas no se usan únicamente como una locación para situar obras de arte, sino que las piezas que contienen están directamente conectadas con las instalaciones. Además, no se trata solo de obras de arte convencionales como cuadros o esculturas, sino también de recopilatorios de poemas o conjuntos de estructuras enteros que forman en sí mismos un concepto...

Namjoon era ese tipo de persona que conseguía que te interesara aquello de lo que estaba hablando, aunque nunca antes te hubiera llamado la atención. La pasión con la que explicaba cada cosa era notoria y su capacidad para atraer al público muy evidente. El auditorio de mantuvo en completo silencio la hora entera que el moreno estuvo hablando, completamente inmersos en la información que aportaba, las imágenes que se proyectaban en la pantalla y la presencia entera del alfa sobre el escenario.

Donde Caben Dos, Caben TresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora