Narra Chiara:Tras el día de reyes volvimos a Madrid, quedaba un día para el inicio a clase de nuevo.
Me moría de ganas de volver pero a la vez me había acostumbrado a pasar las mañanas con Violeta.
Seguía sin hablar con ella, quería buscar las palabras perfectas y pensé demasiado en volver a llamar a mi psicóloga para volver a terapia.
Al final mi pasado no dejaba de sobrepasarme y quería ver si era eso o que Violeta no era para mi.Pasé mi último día de vacaciones buscando diferentes actividades para mis alumnos y firmando diferentes documentos.
Actualicé las listas de mi tutoría para recibir padres esta misma semana y decidí pasar el día viendo películas de disney.
Mi hermana Rus había parado un rato para almorzar juntas. A fin de cuentas, hacía semanas que no la veía ni a ella ni a Omar.
Su barriga ya se hacía notar mucho más que la última vez que la había visto.
Ya estaba de casi 6 meses y eso me hacía realmente feliz.
Aunque seguían pensando el nombre y tratando de ponerse de acuerdo.La noche llegó y recibí un mensaje de Violeta.
Un simple hola, pero que quemaba por la tensión que se sentía entre nosotras.
Aun así, decidí responder.Hola
Cómo estás?
Mejor, gracias
Kiki, entiendo que no quieras hablar pero creo que lo lógico es que me expliques qué ocurre.
Vio, ahora no.
Decidí apartar mi teléfono y llamar a Susana, mi psicóloga.
-Hola soy Chiara Oliver- dije tratando de ser amable.
-Oh, hola Chiara, ¿cómo estás?
-Bueno, de eso quería hablar
-¿Quieres pasarte mañana por mi consulta? Tengo hueco a las 6.
-Estaria genial, muchas gracias Susana.
-No hay de que Chiara, nos vemos mañana.
Tras colgar decidí dormirme. Mañana sería un día duro y lo mejor era descansar.
...
-Hola Chiara, ¿como estas?- dijo Susana cerrando la puerta de la consulta y dentándose en su sillón.
-Hola Susana, pues bueno, creo que el pasado me atormenta- dije riendo para sacarle hierro al asunto.
-¿Estas hablando de tu depresión verdad?- preguntó anotando en su libreta mi nombre.
-Asi es, y también la causa de todo eso- le dije bajando la mirada.
-Vale, Chiara, quiero que me cuentes todo lo que estás sintiendo estás últimas semanas, que te ha llevado a volver a terapia tras 1 año sin venir.
-Estoy retomando mis celos- dije jugando con mis manos.
-Eso está bien Chiara, darte cuenta de tus errores y venir es algo muy valiente- dijo Susana apoyando su mano en mi brazo para calmarme- No sabía que volvías a tener pareja. Si quieres puedes hablarme de tu pareja actual y que ha pasado para que vuelvan esos celos.
-Ella es Violeta, la conocí porque a su sobrina le doy clase- hice una pausa para tragar saliva- llevamos muy poco oficialmente, pero llevamos desde noviembre como casi algo.
-Te escucho- dijo Susana al darse cuenta que me había callado porque no dejaba de escribir cosas en su cuaderno.
-Pues en reyes fuimos a pasar el día con su familia, en Granada. Y salimos de fiesta- hice una pausa para darle un sorbo a mi vaso de agua- alli ella estaba cariñosa con una chica llamada Sara, y bueno, le leí las conversaciones y pues, son ex.
-Vale Chiara, gracias por este breve resumen, ahora, ¿por que crees que tienes los celos?
-Porque no estoy bien conmigo misma- reconocí mirando al techo, evitando el contacto visual con Susana.
-¿Crees que estás ante una posible recaída?- preguntó tratando de mantener contacto visual conmigo.
-Creo que si- dije avergonzada.
-Chiara, escúchame, esto es normal, al final, tras sufrir abusos lo normal es sentirse avergonzada, recaer y todo eso- dijo Susana tratando de hacerme sentir mejor- creo que lo mejor será que vengas todas las semanas, y sobre todo, ten apoyo a tu lado. Sé que es complicado contar algo así, pero creo que tener a Violeta a tu lado apoyándote será lo mejor. Creo que estaría bien que viniese para la semana y así poder conocerla.
-Esta bien, le comentaré si quiere venir- le dije despidiéndome.
Salí de la consulta y decidí pedir un café para llevar en la cafetería de debajo.
También envié un mensaje a Violeta pidiéndole si podía venir a mi casa, a lo que ella dijo que si al momento.Decidí darme una ducha para sentirme más limpia, sequé mi pelo y pensé si debería hacerme un cambio de look. Tras vestirme ordené mi casa y Violeta llegó antes de lo previsto.
-Hola Kiki- dijo sonriendo, pero su sonrisa se borró al ver mis ojos brillantes y rojos de tanto llorar y sin preguntar nada, me abrazó.
-Hola Vivi- dije con la voz entrecortada- perdón.
-Ey Kiki, no te preocupes, he traído sushi para cenar. Así podremos hablar más tranquilas.
Asentí y fuimos hacia el salón, donde colocamos la mesa y comenzamos a cenar.
-Vivi, siento haberte ignorado, estaba insegura y aterrada- dije suspirando.
-Chiara, si quieres puedes contarme lo que sea, no me voy a ir nunca de tu lado.- dijo recordando lo que su padre siempre le decía de pequeña.
-En mi pasado hay demasiado caos- dije sonriendo triste.
-Kiki, cuando estes preparada lo hablamos ¿si?
-Quiero ahora- dije haciendo un puchero.
Violeta asintió y me dio la mano.
-Abusaron de mi- solté y luego comencé a temblar.
-Kiki, ¿quien? ¿Cuando?- preguntó con una mirada de preocupación.
-Hace ya 5 años, fue un amigo de mi ex pareja.
-Pero, ¿has denunciado?- preguntó de nuevo.
-Sigo esperando a juicio- le contesté levantándome pero ella me frenó para no cortar la conversación- A veces caigo en depresión durante meses, luego se me pasa cuando comienzo a medicarme y volver a mi psicóloga. Y de verdad, no quiero que te vuelques ni estés obligada, pero mi psicóloga Susana le gustaría conocerte.
-Kiki, te ayudaré en todo lo que pueda, te lo juro- dijo abrazándome y comencé a llorar más fuerte- ¿Kiki, tienes alguna pastilla ahora de la ansiedad?
Asentí y fui a por ella.
Tomar esa pastilla me hacía vomitar, ya que era muy fuerte para mi pequeño cuerpo de 1,60.
Tras tomarla me tumbé en la cama con Violeta y ella me acarició el pelo hasta que caí en los brazos de morfeo.Pero la tranquilidad no duró demasiado, tan solo dos horas tras el ataque de ansiedad, y tras tomar la pastilla me desperté casi vomitando. Por lo que corri al baño para no ensuciar el suelo ni la cama.
Violeta apareció rápidamente para sujetar el pelo, pero ya me lo había manchado. Cuando terminé decidí darme un baño.
Eran las 3 de la mañana, pero Violeta decidió sentarse al lado de la bañera y lavar mi pelo haciendo un pequeño masaje para relajarme.Quizá debía hacer caso a Susana y por una vez dejar que me cuiden. Fue difícil desnudarme emocionalmente con Violeta, pero Susana tiene razón, no puedo cerrarme así, ni tampoco puedo perderla por mi pasado.

ESTÁS LEYENDO
Conexión
FanfictionVioleta,26 años, empresaria y jefa de un gran concesionario de coches de lujo. Chiara, 24 años, profesora de infantil en Madrid. La conexión inseparable les hará sufrir pero sobre todo amarse.