Lirios...
¿Son lindos los lirios?
No me gustaron.
—¡Azaleas!
Exclamé, asustando a mi hermana que hacía la tarea a mi lado mientras yo investigaba sobre qué flores regalarle a Kageyama.
Noya-san me dijo que no era necesario confesarme de manera tan «brusca». Dijo que empezara a acercarme poco a poco y me ganara su confianza, luego invitarlo a salir y decirle lo que siento. Solo tenía que ser más cercano a Kageyama y las cosas serían buenas, según él.
Entonces me encargaré de regalarle flores. Eso es sutil, ¿verdad?
—¡Mamá!
Grité levantándome. Ignoré la mirada de Natsu y corrí afuera, encontrando a mamá regando el jardín.
—¿Qué, Shoyo?
—¿Me prestas dinero?
—Depende. ¿Para qué?
—Quiero comprarle flores a Kageyama.
—¿A Kageyama? —repitió confundida. Yo asentí—. ¿A ese niño le gustan las flores?
—No lo sé, pero creo que sí.
—Si quieres conquistarlo, mejor regálale una pelota de vóley.
—¡Mamá! —me quejé. Ella rió.
—Saca dinero de mi bolso, Shoyo.
—¿Crees que sean muy costosas las azaleas?
—Un poco... Más te vale devolverme después todo.
—¡Sí, mamá! —exclamé sonriente—. ¡Gracias!
Solo yo, un domingo, salgo de casa con el frío que hace para comprarle flores a ese idiota... Si no le gusto, me enojaré. ¡Me estoy esforzando mucho!
Terminé llegando a la ciudad y con el cuerpo temblando, busco alguna florería abierta. ¡Obviamente no hay ni una!
—¿Te gustan las flores, Kageyama?
Así que tengo que esperar hasta el lunes. Mientras tanto, durante el descanso en el entrenamiento, escucho como Yachi se acerca al chico que me gusta para hacerle una pregunta que, aunque me confunda demasiado y haga que las mariposas en mi estómago se enojen, me sirve para saber si mi regalo vale la pena o no.
Por alguna razón, ella le pregunta sobre las flores. Él murmura algo negando, creo que está hablando de algún tipo si no me equivoco al leer sus labios. Prefiero ser positivo y pensar que mañana será un buen día.
Sorpresa, no lo fue.
—¿Puedes venir conmigo un momento?
Murmuré con mis mejillas comenzando a ponerse rojas. Qué asco que me da, sinceramente. ¿Por qué tengo que actuar tan tímido cuando se trata de él? ¡Y lo peor es que Kageyama ni siquiera se inmuta, no demuestra reacción alguna!
Él me siguió en silencio. Yo lo guíe hasta la vuelta del gimnasio, donde solemos sentarnos a comer o hacer pases. Cuando me doy vuelta, me encuentro con su mirada fría sobre mí: Mi corazón se acelera. Ayuda, ayuda, ¡ayuda!
Las palabras por alguna razón no salen de mi boca. Bueno, miento. La razón es la forma de ver de Kageyama. No sé si me insulta en su cabeza o me mira con una mínima pizca de cariño.
—¿Qué pasa? —decidió preguntar.
Yo apreté el pobre ramo de flores que sostenía en mi espalda y respiré hondo.
Es ahora o nunca, Shoyo...
—¡Esto es para ti!
Pero soy lo suficientemente estúpido como para golpearlo en la cara.
—¡A-aleja eso de mí!
Kageyama grita tirando las flores por un manotazo. Yo lo miró escuchando mi corazón romperse pero él se aleja, comenzando a estornudar.
Ay no... tiene que ser una broma.
Cinco minutos después, estamos en la enfermería. Y Kageyama tiene un pinchazo en el brazo porque, sorpresa, era alérgico al polen de las flores.
No tengo ni un poco de suerte.
—Lo siento.
Murmuré sentándome a su lado en la camilla. El negó, apretando el algodón en su brazo para no tener un moretón después.
—No lo sabías, no es tu culpa.
—¡Kageyama, podría haberte matado!
—No lo hiciste —suspiró y me miró. Yo reí—. Oi, ¿de qué te ríes, idiota? —frunció el ceño. Es hermoso.
—Es que tu nariz está roja. Y te ves lindo.
Ay no.
¿En serio dije eso?
Ahora es mi rostro el que está rojo.
—¿Q-qué? —preguntó sorprendido.
—Nada —me bajé rápidamente de la estúpida camilla—. Me voy. Mejórate pronto, K-Kageyama idiota. Adiós.
—No, oye, espera. ¡Hinata!
Pero yo ya había huido.
Soy realmente un idiota.
HOLA AMOREEEES
cómo están?
qué les pareció el capítulo?
espero les haya gustado!
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nos vemos el martes q viene!!! tkm tkm tkm
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Desafortunadamente, Kageyama² | Kagehina
FanfictionKageyama Tobio. Es alguien difícil de tratar, tiene una personalidad horrible y es insoportable. Ese tipo me gusta. ¡Desafortunadamente, me gusta! Y mi mejor y peor idea fue intentar algo con él. Pero la fortuna nunca está de mi lado. Como sea... so...