Bien, yo puedo. Yo puedo. No puede ser que esto me esté matando la cabeza.
Ya está oscuro y estamos teniendo nuestro maravilloso picnic. Mientras Kageyama habla sobre el partido que vió hace unos días, yo lo miro preguntándome cómo hacerlo. Como preguntarle algo que me da tanto miedo.
—¿Y sabes qué es lo mejor? Que armó muy alto entonces la punta se acomodó como si nada. Deberías intentarlo pero... ¿Ya te perdiste en tus pensamientos otra vez?
Preguntó haciéndome parpadear. Respiré hondo y negué.
—¿Puedo decirte algo?
Bien, solo debería abrir mi boca y ya. Que sea lo que Dios quiera.
¡Deséame suerte!
—¿Qué pasa?
Su mirada preocupada me hace querer reír. Es igual a mí, siempre que queremos tener estas conversaciones uno automáticamente piensa que va a terminar con el otro.
—Sabes que... me gustas mucho, ¿cierto?
—Eh, creo. Supongo, sí.
Dios, él ya se puso nervioso. ¿Qué queda para mí?
Tomé sus manos sintiendo las mías temblar.
—¿Y que te adoro?
—Yo también te quiero si eso es lo que quieres escuchar.
—Eres tan... especial para mí, Kageyama-kun —inicié mirándolo a los ojos. Luce tan asustado, lo amo—. Y nunca he estado tan seguro de algo más que ahora. Y-yo... yo te miro y sé que eres lo que quiero para mí.
—¡Tú también! Dios, siempre quise decírtelo. Eres tan... ¿cómo decirlo? indispensable para mí. N-no sé qué haría ahora si no te tuviera —balbuceó con su rostro ardiendo. Yo sonreí.
—Sé que jurarte que te amo es un poco... arriesgado o precipitado para nosotros. No salimos hace un año o cosas así, ¿sabes? He visto... muchas parejas que esperan para esto como dos años pero yo no quiero esperar más. Y creo que tú tampoco.
—No somos del tipo que esperamos —rió con sus mejillas ardiendo. Se ve muy bonito...—. Quizás por eso coincidimos tan bien.
¡Basta! Cállate. Voy a llorar. Dice cosas tan lindas cuando estamos así.
—Me encanta que seas así conmigo... y... poder conocerte. Me encanta conocer tus facetas, quiero conocer todas —apreté sus manos suavemente. Él me miraba curioso.
—Hinata...
—Y por eso, Kageyama... me preguntaba si-
—¿Quieres ser mi novio?
A la vez.
Lo. dijimos. a. la. vez.
Sorprendidos nos quedamos mirando sin comprendernos realmente.
—¿Tú...?
—¿También...?
—¿En serio habías pensado...?
—¿Y por eso lo preguntaste...?
Silencio y corto silencio. Él es el primero en reír.
—Dios... —pasó sus manos por su cabello. Yo tenía demasiado caliente el rostro—. No pensé que... me lo preguntarías. E-estaba tan nervioso.
—¡Yo igual! Y... y por eso planeé la cita. Q-quería pedírtelo —suspiró tapando su rostro con sus manos. Reí.
—¡Me alegra mucho saber que pensamos lo mismo!
—¡A mí igual! —exclamó igual de emocionado. Sus mejillas rojas son hermosas—. ¿Entonces es un sí, tecnicamente?
—De mi parte sí.
—De la mía también.
Nos quedamos mirando unos segundos.
Espera.
Eso significa que...
Kageyama es mi novio.
Qué loco, ¿no?
No me tenía fé. Ni a mí ni a mis sentimientos.
Vaya.
Quizás no eran tan desafortunados como lo pensé.
Y que Kageyama me gustase tampoco lo fue.
Sonreí.
—¡Somos novios!
Gritamos a la vez y terminamos riendo.
Si de hay algo de lo que estoy seguro ahora es que mis sentimientos hacia Kageyama nunca fueron un error. ¡Mucho menos desafortunados! Esto ha sido, definitivamente, lo mejor que me pasó.
¡Y no puedo esperar a saber qué es lo próximo que pasará!
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Desafortunadamente, Kageyama² | Kagehina
FanfictionKageyama Tobio. Es alguien difícil de tratar, tiene una personalidad horrible y es insoportable. Ese tipo me gusta. ¡Desafortunadamente, me gusta! Y mi mejor y peor idea fue intentar algo con él. Pero la fortuna nunca está de mi lado. Como sea... so...