VI. Viaje

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Los niños lo observan desde lejos. Para ellos, que pocas veces veían a extraños en su tribu, debía tener todo el aspecto de un bárbaro.

No se detuvo hasta llegar a la tienda central, a la casa del Khan, sin prestar mayor atención a los cuchicheos de la gente en torno a su repentina llegada.

Louis esperó pacientemente, a que los Khos de Turek, lo revisaran y quitaran sus armas, para proceder a escoltarlo hasta la cabaña.

Entró en la tienda y dio una leve reverencia ante el hombre mayo, pues él ahora solo era un hombre común.

Esperaba que esto no influyera en la decisión de Turek, que el alfa le negará a su esposo debido a su nueva y humilde condición.

Lo cual podía pasar, a pesar del trato que tenían, y que estaba prohibido romper los acuerdos matrimoniales.

Pero Harry, era el hijo menor del alfa de la tribu, y este podía negarse a entregárselo.

—Oh, muchacho. —Turek lo saludó con amabilidad. —Ha pasado mucho tiempo. Sentí mucho cuando me enteré de la muerte de tu padre. —dijo con pesar e hizo una leve reverencia en su nombre.

El ojiazul asintió ante la muestra de respeto, pero no dijo nada más, no quería hablar primero.

—Un gran hombre ¿eh?

—Lo fue. —Contestó, parco.

Turek analizaba cada uno de sus gestos, por supuesto que sabía porque ese alfa estaba allí.

—Pero supongo que no estás aquí para escuchar mis buenos deseos. —Observó.

—Supones bien Turek.

Tan filoso como directo. ¿Sería así de filoso en batalla?

El hombre lo miró aprensivo. Por supuesto que sabía, a qué había ido el hijo de Finrod allí.

Había ido por algo que se le prometió.

—He venido por mi esposo, Turek.

El alfa asintió, angustiado.

El hombre se preguntó, sí podría hacer pasar a alguien más por su pequeño omega.

Su precioso niñito correría peligro con Louis.

Había escuchado que no tenía manada, ni tribu, y que llevaba una vida nómada, huyendo siempre.

Los merkhins eran sus enemigos, los tártaros y también los de su antigua tribu.

Aquello no podía ir a peor.

Además, Louis tenía un aspecto salvaje. Podía ser uno de esos nómadas sanguinarios, de los que maltrataban y deshonraban a sus omegas, y su pequeño niñito no lo soportaría.

IMPERIO (L.S.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora