Capitulo 2: Después De Cinco Años.

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Empieza la Semana de la Moda en Nueva York. Las modelos más exitosas, los diseñadores más renombrados y las marcas más prestigiosas del mundo se reúnen para este evento. Jerónimo, dueño de Empresas Casal, es el invitado de honor. Aunque es la primera vez que asiste, conoce a la mayoría de los presentes.

Sabe que Lucy estará allí, y después de cinco años, finalmente la verá de nuevo. No puede predecir su reacción, pero está seguro de que la odia profundamente. Su plan es simple: acercarse a ella, enamorarla y luego destrozarle el corazón como ella hizo con el suyo.

Jerónimo está sentado en el bar del hotel, donde se llevará a cabo una conferencia de prensa y más tarde la fiesta de bienvenida. Está bebiendo un daiquiri de frutilla cuando su teléfono comienza a sonar. Lo toma y responde:

—Hola, José —saluda Jerónimo a su mejor amigo y vicepresidente de Empresas Casal, quien siempre estuvo a su lado, incluso en los peores momentos. José, miembro de una de las familias más influyentes en el mundo de la moda, lo ayudó a escalar rápidamente.

—¿Cómo estás, Jerónimo? ¿Has visto a Lucy Anderson? —pregunta José, consciente de lo difícil que es para su amigo enfrentarse a la mujer que le rompió el corazón. Aunque apoya su plan de vengarse, sabe que es una locura.

—Todavía no, pero no pasará de hoy —responde Jerónimo, pidiendo otro daiquiri. Esta bebida le trae recuerdos dolorosos de ella.

—Quisiera ver su cara cuando reconozca quién eres, Jerónimo Díaz Casal, dueño de Empresas Casal y multimillonario. Seguramente caerá a tus pies cuando lo descubra —dice José, incapaz de disimular el desprecio que siente por Lucy y deseando ver el día en que Jerónimo la humille.

—No sabes cuánto lo deseo, amigo. Tengo tantas ganas de verla y destruirla —exclama Jerónimo con odio.

—Solo espero que tus viejos sentimientos no arruinen el plan.

—No te preocupes, José. El único sentimiento que tengo por ella es odio, el más profundo odio que puedo sentir hacia una persona —dice Jerónimo justo cuando Lucy entra a la sala, seguida de flashes y micrófonos de los paparazzi—. Debo colgar, Lucy Anderson ha llegado.

—Me muero por saber cómo te ha ido. Mantenme al tanto.

—Así será, amigo. No te preocupes.

Jerónimo había olvidado lo bella que era Lucy Anderson. A pesar de sus escándalos, sigue siendo una de las modelos más reconocidas del mundo. Su cabello, que él había acariciado tantas veces, y sus ojos azules, que se habían mezclado con los suyos, la hacían simplemente maravillosa, pero con un corazón de hielo.

—Hola, mis amores —saluda Lucy, lanzando besos a los paparazzi y camarógrafos que no dejan de seguirla—. ¿Me extrañaban? —Jerónimo no puede creer la arrogancia de esa mujer; estos cinco años no han cambiado nada en ella.

—Lucy Anderson, nos llegó el rumor de que estás saliendo con el magnate del petróleo Mustafá Ali, con una diferencia de edad de ¡50 años! ¿Qué puedes decirnos al respecto? —Lucy no puede creer lo que inventan los paparazzi. Mustafá es solo su amigo, como un padre para ella; ambos tienen la misma enfermedad y poco tiempo de vida.

—Ay, mis amores, Mustafá y yo somos solo amigos. Nos gusta disfrutar de la vida juntos en sus yates. No se preocupen, cuando tenga algo que decirles, yo misma se los comunicaré... muac, muac —Lucy sigue lanzando besos mientras se retira de la sala. Necesita sentarse en el bar a descansar; su pulso está bastante acelerado. Los doctores le dijeron que en su estado era normal, que ya no debería estar trabajando, pero esto es su vida.

Se acerca al bar, se sienta en una de las banquetas, ordena un daiquiri de frutilla y saca el teléfono de su cartera. Tiene por lo menos diez llamadas perdidas de su madre y quince mensajes, pero desea hablar con Mustafá. A pesar de tener casi 80 años, es el único que la entiende.

Entre el amor y la venganza Donde viven las historias. Descúbrelo ahora