Capitulo 4: Una Mezcla De Sentimientos.

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Alerta, alerta de spicy 🌶️🌶️

Esa semana, Lucy tiene varios compromisos: una sesión de fotos para una revista, un desfile para Antonio, un renombrado diseñador y amigo suyo, y una entrevista para un programa de televisión.

Sin embargo, horas antes de la sesión de fotos, recibe una llamada de la secretaria del jefe de producción, informándole que ya no necesitan sus servicios. Han contratado a otra modelo en su lugar, probablemente Francesca Boschetto. Lo mismo ocurre con la entrevista. Solo puede asistir al desfile de Antonio, acompañada de Pedro.

La primera pasada por la pasarela es en traje de baño, que le queda espectacular y que Jerónimo, desde la primera fila, no puede dejar de admirar.

La segunda pasada es en un vestido azul Francia, corto adelante y largo atrás, completamente adornado con perlas, verdaderamente maravilloso.

A pesar de sus escándalos, cada vez que Lucy aparece, los hombres no pueden dejar de mirarla. Varios de ellos le han hecho propuestas indecentes con grandes sumas de dinero, algo que jamás aceptaría; nunca se acostaría con alguien por dinero.

Cuando Lucy ve a Jerónimo en la primera fila, su corazón comienza a latir con fuerza. Es increíble lo atractivo que está. Sus miradas se cruzan por unos segundos, pero es suficiente para estremecer todo su cuerpo. Es increíble lo que él provoca en ella. Sin embargo, no entiende por qué está allí. Ya debería haber regresado a su país. ¿Acaso se quedó por ella? Se pregunta para sus adentros. Imposible, Jerónimo nunca dejará de odiarla.

Lucy está en el camerino tomando un jugo de naranja cuando Pedro entra desesperado.

-Lucy, adivina quién está aquí, quién ha venido a verte.

-Lo he visto, Pedro. No pude quitar mis ojos de él. Aún no entiendo por qué soy tan vulnerable.

-Porque sigues locamente enamorada de él, amiga. Además, está bellísimo, ese traje le queda perfecto. Me dijo que quería hablar contigo después del desfile.

-No trabajaré para él, Pedro. Es una locura, no podré resistirlo.

-Lo necesitas, Lucy. Tu carrera se está desmoronando. Necesitas resurgir. Imagínate siendo la cara de maquillajes Casal. Serás la envidia de esa tonta italianita.

-No lo sé, tendré que pensarlo muy seriamente.

-No tienes mucho tiempo para pensarlo -dice Jerónimo, abriendo la puerta y entrando al camerino sin tocar, algo que pone muy furiosa a Lucy.

-¿Qué crees que haces entrando sin tocar?

-Tranquila, relájate.

-Eres un idiota. Podría haber estado sin ropa.

-¿Hay algo de tu cuerpo que no conozca? No lo creo, a menos que te hayas hecho alguna cirugía estética -exclama burlándose de ella, riéndose a carcajadas.

-No sé qué te causa tanta gracia - realmente está enojada.

-No te enojes, Lucy. Sabes que siempre me gustó hacerte enojar -y es verdad, siempre le gustaba hacerla enojar con sus bromas pesadas. Luego, con besos y caricias, se le pasaba. Recordar eso hace que Lucy se ponga colorada, algo que no pasa desapercibido para Jerónimo.

-Me encantaría hacerte olvidar el enojo como lo hacíamos antes, pero ahora quiero invitarte a cenar para hacerte una propuesta de trabajo más formal. ¿Qué dices, Lucy? ¿Te animas a estar unas horas a solas conmigo? -pregunta provocándola.

-Por supuesto. ¿Quién te crees que eres? Ya no significas nada para mí -sabe que ella está mintiendo, lo ve en sus ojos. Solo tiene esa chispa cuando lo mira a él, algo que lo pone muy contento. No va a ser nada difícil que ella caiga a sus pies otra vez.

Entre el amor y la venganza Donde viven las historias. Descúbrelo ahora