Amy
15 de octubre
—He venido en cuanto he pisado tierras Neoyorkinas —Danielle se acerca a mí con los brazos extendidos y me apretuja contra su cuerpo con esa sonrisa enorme que es como su propia marca—. ¿Cómo has estado?
—Como todos los días, mucho trabajo —me encojo de hombros porque no hay mucho más que pueda decirle y en general es la verdad.
—Mañana es...
Asiento con la cabeza sin decir nada en específico porque sé que mi mirada es suficiente. Danielle descansa una mano sobre la mía y me sonríe con dulzura. Le devuelvo una sonrisa ladeada, casi inexistente mientras recojo un mechón de cabello tras mi oreja.
—Te serviré un café. Apuesto a que no has comido nada.
—Te digo que he venido directamente para acá —pronuncia ella—. Te ayudo.
—Está bien, yo lo haré. A cambio puedes ser una buena influencer con nosotros —le regalo un guiño y Danielle suelta una carcajada.
—Te he comprado un vestido —me cuenta mientras esperamos a que la bebida esté lista y dejo unos cuantos pastelitos sobre un plato pequeño—. Es rojo acampanado y largo, tiene un lindo escote corazón, te quedará perfecto con las joyas nuevas que he traído. Puedes escoger las que más te gusten.
—¿Y dónde lo voy a usar? —inquiero dejando el plato frente a ella mientras vuelvo a la cafetera—. No puedo preparar postres vestida así. Mejor deberías guardarlo para ti y usarlo en tu próxima cita con Tayler —vierto el contenido en una tacita y finalmente consigo la figura de una flor con la crema.
—La próxima semana será el evento de la nueva película de River Reinolds. ¿Quiénes crees que irán? —cuando ve que elevo una ceja ella suelta un bufido—. Tayler, tú y yo. He conseguido una entrada adicional para ti, el vestido te viene perfecto —me sonríe ella con un guiño y luego toma una fotografía a la bebida junto a los pastelitos.
—¿Cuándo es?
—El sábado.
El sábado debo limpiar la casa y organizar la despensa. Además, no sé si Luka va a querer algo en especial ese día. El sábado pasado quería nuggets a pesar de que ya había hecho guiso de carne con patatas fritas, además tuve que desempacar la nueva televisión que pidió para la casa. Según él, la antigua estaba vieja y ya no le gustaba. Según yo es un millonario despilfarrador. ¡Era enorme y estabaperfecta!
El caso es que también hay mucha ropa que lavar. Y con lo que esa bestia ensucia me tomará al menos medio día acabar todo en casa antes de ponerme con lo demás hasta la cena, y sólo después de eso, si tengo suerte, podré descansar.
—No creo que pueda.
—¿Por qué?
—Tengo muchas cosas que hacer en casa.
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Amargamente Dulce
Teen Fiction«Somos una melodía amargamente dulce» ••••• PROHIBIDA SU COPIA U ADAPTACIÓN💋