Solo quiero ser tuya || Riversgg

41- La vida será un riesgo

Si me pidieran describir mi mañana diría: horrible.

Son las 6 de la mañana y estoy despierta con Sam y créanme que no es por gusto.

El dolor de mi mano empezó a intensificar en la madrugada y no pude dormir bien, de hecho ni dormí.

El dolor eran tan fuerte que Sam escuchaba mis quejidos y apenas dieron las 5 nos fuimos al doctor.

Asi que sí, ahorita estamos sentadas en unas incomodas sillas de hospital esperando a que me pasen a revisar mi mano.

— Tengo sueño.— me quejé mientras recargaba mi cabeza en su hombro.

— Intenta dormir, de aquí a que nos pasen van a dar las 10.— dijo Sam.

Solte un quejido.

— El dolor no me deja dormir.

— haber mueve tu cabeza y espérame.— se paro de la silla y fue a la recepción donde se encontraba una enfermera.

Unos 2 minutos después llegó con una bolsa de hielo y me la puso en mi mano.

El hielo hacía un poco más insoportable el dolor pero igual lo calmaba.

Volví a poner mi cabeza en su hombro y cerré mis ojos para intentar descansar, Sam me hacía cariños con su mano en mi cabeza así que facilitó que me quedara dormida.

Solo dormí unos 10 minutos porque quien en su santo juicio se puede dormir en un hospital con toda la mala vibra que hay y el ruido, nadie.

— Scarlett Madison guarnizo.— grito una enfermera.— pase por favor.

Sam y yo nos levantamos de las sillas y seguimos a la enfermera, nos llevo a la area de los rayos x y eso, especialmente con el traumatólogo.

Ella tocó la puerta para después hacerse a un lado y dejarnos pasar y retirarse.

— Hola, Scarlett, verdad?— se dirigió el doctor conmigo.

Asentí con la cabeza.

— Perfecto, tomen asiento, porfavor.

Seguimos sus órdenes.

— Okey, cuéntame qué te pasó.

— Bueno, estoy en una tipo pelea de box y he estado entrenando y el día de ayer mientras golpeaba mi mano se resbaló y di un mal golpe, en vez de pegar con toda la mano solo dí con los nudillos.— explique mientras señalaba los nudillos.

— Okey, ¿apenas empezaste a practicar o ya tienes tiempo?

— No, lo practico desde mis 15 años.

— Mm, bueno lo revisaré y veremos si no tienes una fractura.— se paro de su silla.— siéntate aca.— señalo la camilla.

Yo hice caso.

Agarro mi mano y empezó a tocar los nudillos mientras que yo estaba que gritaba internamente.

— Y cuéntame, ¿la pelea cuando es?

— en dos semanas.

— Uy, bueno entonces ruega que no sea una fractura si no vas a tener que abandonar la pelea.

Yo me le quedé viendo a Sam con la boca abierta.

— Ay, no me diga eso.

— Si hubieras venido cuando te diste el golpe posiblemente no estarías tan lesionada.

— Te dije.— solto Sam.

El doctor siguió con su trabajo incluso me tomó radiografías y ahorita estaba sentada en la camilla nerviosa y rezandole a dios o a cualquier dios que me escuchara mis plegarias.