Harry
Cuando camino a través de la puerta de mi habitación, Niall me saluda tan entusiastamente como si me hubiera ido por un mes.
-¡Harry! -El arroja sus brazos alrededor de mí, la primera vez que nos abrazamos-. Estás de vuelta. Estaba preocupado. Empacaste una maleta y volaste fuera de aquí como si estuvieras en llamas.
No puedo recordar si le dije sobre la caída de mamá o no. -Emergencia familiar. Pero todo está bien ahora. Como que me disparé como una bala un poco. -Estoy seguro de que hiciste lo que necesitabas hacer. -Niall retrocede, su pelo enredado saltando-. Pero me alegro que estés de vuelta. Sonrío, sintiendo las punzadas de culpa. -Gracias. Oye, lo siento, este semestre he sido un compañero de cuarto de mierda. Apenas hemos pasado tiempo juntos. El agita sus manos, descartándolo. -No, sé que has estado ocupado con Louis. Por cierto, ¿cómo está yendo eso? ¿Te extrañó mientras estuviste fuera? Sus ojos brillan con anticipación. -En realidad, él vino conmigo. -Calor aletea en la boca de mi estómago cuando pienso en ello-. Vino solo para asegurarse de que estuviera bien. E hizo algunas cosas seriamente agradables para mi mamá. La mandíbula de Niall cae abierto. -Oh, Dios mío. Él te ama. -No, no lo sé -digo precipitadamente, pero el está chillando.
-¡Hiciste que Louis Tomlinson se enamorara de ti! Eso es cómo conseguir que una estatua de hielo se enamore de ti. Sabía que iba a pasar en el momento en que te vi. Simplemente tenía un presentimiento. ¿Cómo es el sexo? -Increíble -suelto, y el chilla más alto, apretando mis manos. -Dime todo. Y lo hago, dejando fuera algunos de los detalles sucios. Le digo cómo nunca he estado con alguien antes, nunca me había dejado caer por un chico, hasta ahora. Cuan extraño y aterrador y maravilloso es. -¿No te importa el hecho de que él es un idiota mordaz? -resopla el. Eso me agarra fuera de guardia. Una ira sorprendente se apodera de mí. Estoy tan harto de las personas odiando a Louis. Él ha pasado por mucho. -No. No, no lo es. Él es gentil y amable y... mierda, él es asombroso. Nadie se preocupa por él porque nadie se toma el tiempo para conocerlo... -De acuerdo, de acuerdo, chico. -Niall ríe-. Defiende a tu hombre. Pero ese destello de odio que vi en el se queda conmigo. A pesar de eso, tomo la cerveza que el me ofrece. Vemos un par de videos en YouTube y río en su cama, y al final de ello me siento un poco mal por la falta total de nuestro vínculo de compañeros durante el semestre. Probablemente debería llamar a Zayn. Probablemente debería explicarle que parece muy probable que haya enamorado de Louis Tomlinson. Esa va a ser una conversación difícil. Probablemente debería hacer algo para relajarme de antemano. Me levanto de la cama. -Niall, creo que voy a caminar antes de acostarme. -Lo llamo mierda. Te vas a ir a follar a tu novio. -El cierra su computadora portátil y me da los pulgares arriba-. Está bien. Lo entiendo. Lo haces una vez y de repente quieres hacerlo todo el tiempo. ¿Necesitas condones? -He estado con el antes se que no tienen ninguna enfermedad. El me saluda. -Entonces ve a por él, vaquero. No me doy cuenta de lo caliente estoy hasta que prácticamente estoy corriendo hacia la habitación de Louis, ya sin aliento.
Cuando llego allí, no me molesto en golpear. Abro la puerta de un tirón. Él está descansando sin camiseta en la ventana, un libro abierto sobre su regazo. Cuando me ve, parpadea sorprendido. -Harry... Salto a través de la habitación y me lanzo sobre su regazo, casi golpeando la silla hacia atrás, y empujo mi boca contra la suya. Él responde con la misma pasión, y ambos tenemos éxito en rodar a los lados. Aterrizo arriba. -¿Para qué es esto? -jadea él, sus ojos brillando. -Me dominaste anoche. -Muerdo el lóbulo de su oreja y susurro-: Ahora quiero cambiar. Su orgullo masculino es evidente en su expresión. -Puedes intentarlo. Lanzo mis ojos por la habitación y encuentro mis armas: una correa y un gancho cerca del techo, pensado para colgar chaquetas. Agarro la correa y la aprieto alrededor de sus muñecas antes de que él pueda protestar. Luego tiro de él después de mí, subo sobre su escritorio, y ato el otro extremo de la correa alrededor del gancho así él está inmóvil, sus brazos tirados apretadamente sobre su cabeza. Él me da una sonrisa burlona. -Eres rápido. Tengo una repentina urgencia de borrar esa arrogancia de su cara. Sonrío. -Y tú estás vistiendo demasiadas ropas. Encuentro un par de tijeras en su escritorio y corto su camisa. -Eso era caro. -Él me sonríe. -Estoy seguro de que puedes comprar más. -Me tomo un segundo para contemplarlo: su delgada cadera, sus abdominales por nadar, su musculoso pecho, sus hombros torcidos hacia arriba. Su cuerpo es mío, para hacer lo que quiera con él. Quiero hacer un montón. Agarro su mentón y lo beso fuerte, mordiendo sus labios, empujando mi lengua insistentemente contra la de él. Gime en mi boca. Con la misma rapidez, alejo mi boca y corro mis dedos bajando por sus abdominales. -Te ves malditamente delicioso. -Al igual que tú. -Que mal que no vas a ver mucho de mí -me burlo. Agarro del suelo una pieza de la destrozada camiseta y la ato alrededor de su cabeza, parándome en la punta de mis pies para alcanzarlo, vendándole los ojos.