El león había empezado a derretirse, como sucede a veces con los monstruos muertos, hasta que finalmente no quedó nada en el suelo salvo su reluciente pelaje, reducido al tamaño de un león normal.
Zoë: Agárrala -me dijo.
Merfiri: no se, es ilegal, ¡ya que hagámoslo!
Percy: ¿La piel del león? ¿No será una violación de los derechos de los animales o algo así?
Zoë: Es un botín de guerra -contestó muy solemne-. Os lo habéis ganado con todo derecho. -mirando a Merfiri -
Merfiri: no soy mucho de pieles, así que ten Percy -entregando el pelaje -
Percy: Pero lo has matado tú.
Merfiri: yo quería la cabeza, no el pelaje, además te la debo, sinti no hubiera venido, ten esto como un agradecimiento de mi parte
Percy dudo un poco y solo lo agarro y su cara de sorpresa no faltaba, lo tocaba y analizanba
Percy: No es que sea mi estilo exactamente -murmuro- pero gracias.
Grover: Tenemos que salir de aquí -terció-. Los guardias de seguridad no van a seguir alelados toda la vida.
Por primera vez reparé en el hecho asombroso de que los guardias no se nos hubieran echado encima para detenernos. Corrían en todas direcciones, salvo en la nuestra, como enloquecidos buscando alguna cosa. Algunos chocaban contra las paredes o entre ellos.
Percy: ¿Tú los has dejado así?
Grover Asintió, algo avergonzado.
Grover: Una cancioncilla de confusión. Siempre funciona. Pero sólo unos minutos.
Zoë: Los guardias de seguridad no son lo peor -dijo -. Mirad.
A través de las puertas de cristal del museo, vimos a un grupo de hombres cruzando el césped de la entrada. Hombres grises con uniforme de camuflaje. Aún estaban demasiado lejos para verles
Percy: Idos -dijo-. Me persiguen a mí. Yo los distraeré.
Zoë: No -dijo-. Vamos juntos.
Percy la miro
Percy: pero si dijiste...
Zoë: Ahora forman parte de esta búsqueda -repuso a regañadientes-. No es que me guste, pero el destino no puede modificarse. Tú eres el quinto miembro del grupo y Merfiri el sexto. Y no dejamos a nadie atrás.
Estábamos cruzando el río Potomac cuando divisamos un helicóptero. Un modelo militar negro y reluciente como el que habíamos visto en Westover Hall. Venía directo hacia nosotros. Esos weyes si que rastrean
Percy: Han identificado la furgoneta -advirtió-. Tenemos que abandonarla.
Zoë viró bruscamente y se metió en el carril de la izquierda. El helicóptero nos ganaba terreno.
Grover: Quizá los militares lo derriben -dijo esperanzado.
Percy: Los militares deben de creer que es uno de los suyos -continuo-. ¿Cómo se las arregla el General para utilizar mortales?
Zoë: Son mercenarios -repuso con amargura-. Es repulsivo, pero muchos mortales son capaces de luchar por cualquier causa con tal de que les paguen.
Merfiri: yo igualmente me preguntó eso aveces
Percy: Pero ¿es que no comprenden para quién están trabajando? -pregunto-. ¿No ven a los monstruos que los rodean?
Zoë meneó la cabeza.
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La campeóna
Randomno sé han preguntado que aveces en la vida te sale todo bien y de repente todo se va a la mierda si, eso me pasó a mi desgracia mente, diré que ahora mismo estoy¿no sé? ¿pasando a mi otra vida?