cap 9

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Rachel: ¿Olvidar que has intentado matarme?

Percy: Sí. Eso también.

Merfiri: y no te acerques a esas cosas

Rachel: Pero... ¿quiénes son?

Merfiri: Merfiri

Percy: Percy... -empecó, Y entonces vio que los guerreros habían llegado a la otra punta y ya daban la vuelta-. ¡Nos largamos!

Rachel; ¿Qué clase de nombre es «Percy nos largamos»?

Percy me agarró de la mano otra vez y corrimos hacia la salida.

El bar estaba lleno de chicos que disfrutaban de la mejor parte de la excursión, o sea, el menú infantil. Thalia, Zoë, Bianca y Grover ya se habían sentado con sus bandejas. Ellos aquí y nosotros casi apunto de morir.

Percy: ¡Tenemos que irnos! -jadeó-. ¡Ahora mismo!

Thalía: Pero si acaban de servirnos nuestros burritos -se quejó.

Merfiri: ¡Deja un lado los malditos burritos! ¡Ya están aquí nos encontraron!

Zoë se puso en pie, mascullando una maldición en griego antiguo.

Zoë: ¡Tiene razón! Mirad.

Los grandes ventanales en los cuarto lados, y al otro lado estaban un ejercicito de los guerreros-esqueletos y estaban armados, bueno ahora toca correr de los balazos. Hasta que ví a los tres guerreros -esqueletos que nos persiguieron a mi y a Percy, y si notaron a Percy.

Grover: ¡Al ascensor! -gritó.

Corrimos hasta llegar al ascensor Pero paramos justo cuando las puertas se abrieron las puertas mostrando a otro guerreros-esqueletos, estaban todos menos los que Bianca y yo matamos.

Grover: ¡Guerra de burritos! -chilló, y lanzó su guacamole gigante al esqueleto más cercano.

Solo ver la guerra que empezó Grover me recordó a la canción 'Bad reputation' jejejeje, lo bueno es que estoy ahora apunto de llevar a mi boca un burrito.

Merfiri: un primer paso para la dama

cuando estaba apunto de llegar el burrito a mi boca, siento que alguien me lanza un bandeja a mi y la víctima fue mi burrito estaba ahí en el suelo y miro al culpable, era uno de los guerreros-esqueletos quien se estaba acercando.

Merfiri: desgraciado

Merfiri corrió al esqueleto tan rápido que ahora solo quedaba los huesos del esqueleto dispersados, Merfiri se acercó a la cabeza del esqueleto que estaba en el suelo y la agarro.

Merfiri: ahora de mi venganza -agarra la cabeza y la patea rompiendo uno de los ventanales.

Merfiri: uno menos

Bianca: Vamonos Merfiri

Y otra vez me sentí que era jalada otra vez, bajamos los peldaños de tres en tres mientras las raciones de guacamole volaban por encima de nuestras cabezas.

Grover: ¿Y ahora qué? -preguntó, cuando salimos al exterior.

Los guerreros apostados en la carretera se acercaban por ambos lados. Corrimos hacia la plaza de las estatuas de bronce, una mala idea.

Los esqueletos avanzaban formando una media luna. Sus compañeros venían desde el bar. Uno de ellos todavía se estaba colocando la calavera sobre los hombros. Otro venía cubierto de ketchup y mostaza. Y había dos más con burritos incrustados entre las costillas y ahí estaba el que lanze su cabeza por el ventanal. Muy contentos no parecían. Sacaron sus porras y avanzaron.

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