cap 11

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Merfiri: encuentro familiar, crees que todo saldrá bien Grover

Grover: no se, pero creo que haya probabilidades de que terminamos en otra pelea

Merfiri: cierto

***

Zoë: Nunca llegaremos -protestó-. Vamos demasiado despacio. Pero tampoco podemos dejar al taurofidio.

-Muuuuu -dijo Bessie , que iba nadando a nuestro lado mientras caminábamos junto a la orilla. Habíamos dejado muy atrás el centro comercial y nos dirigíamos al Golden Gate, pero estaba mucho más lejos de lo que parecía. El sol descendía ya hacia el oeste.

Percy: No lo entiendo -dijo-. ¿Por qué tenemos que llegar a la puesta de sol?

Zoë: Las hespérides son las ninfas del crepúsculo -repuso -. Sólo podemos entrar en su jardín cuando el día da paso a la noche.

Merfiri: ¿Y si no llegamos a tiempo?

Zoë: Mañana es el solsticio de invierno. Si no llegamos hoy a la puesta de sol, habremos de esperar hasta mañana por la tarde. Y entonces la Asamblea de los Dioses habrá concluido. Tenemos que liberar a Artemisa esta noche.

Thalia: Necesitamos un coche -dijo.

Percy: ¿Y Bessie ? -preguntó.

Grover se detuvo en seco.

Grover: ¡Tengo una idea! El taurofidio puede nadar en aguas de todo tipo, ¿no?

Percy: Bueno, sí -dijo-. Estaba en Long Island Sound. Y de repente apareció en el lago de la presa Hoover. Y ahora aquí.

Merfiri: pero Bessie te sigue Percy

Percy: es verdad -dijo-. Si yo no estoy en Long Island, ¿crees que sabrá encontrar el camino?

Grover: Entonces podríamos convencerlo para que regrese a Long Island Sound - prosiguió Grover-. Quirón tal vez nos echaría una mano y lo trasladaría al Olimpo.

Percy: Pero Bessie me estaba siguiendo a mí -dijo-. Si yo no estoy en Long Island, ¿crees que sabrá encontrar el camino?

-Muuu -mugió Bessie con tono desamparado.

Grover: Yo puedo mostrarle el camino -se ofreció-. Iré con él.

Percy se le quedó mirando a Grover

Grover: Soy el único capaz de hablar con él -continuó-. Es lo lógico.

Grover se agachó y le dijo algo a Bessie que nadie pudo escuchar y este se estremeció y soltó un mugido de satisfacción.

Merfiri: algo le dijo y lo alegro

Grover: La bendición del Salvaje debería contribuir a que hagamos el recorrido sin problemas -añadió-. Tú rézale a tu padre, Percy. Encárgate de que nos garantice un trayecto tranquilo a través de los mares.

Merfiri: negociable

Percy solo se acercó a la orilla y empezó hablar

Percy: Padre -musité-, ayúdanos. Haz que Grover y el taurofidio lleguen a salvo al campamento. Protégelos en el mar.

Thalia: Una oración como ésta requiere un sacrificio -dijo-. Algo importante.

Merfiri: ya quién sacrifica algo

Ni un rato paso cuando Grover hablo

Grover: Percy —dijo—, ¿estás seguro? Esa piel de león te resulta muy útil. ¡La usó Hércules!

La mirada de Percy cambio a una analizando, y luego miro a Zoë, sip ya armó el rompecabezas que faltaba.

Percy: Si he de sobrevivir —dijo— no será por llevar un abrigo de piel de león. Yo no soy Hércules.

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