cap 13

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Artemisa fue interrumpida por un rujido fuerte

Merfiri: ¡Atrás de ustedes!

Todos giraron cuando una Quimera venía aproximándose dónde estaban los demás que se hicieron a un lado, ya que la Quimera no atrapó a ningún de ellos, Artemisa saco su arco al igual que Bianca para disparar y cuando lo hicieron, la Quimera lo esquivaba con facilidad y subió más al cielo ocultándose en las nubes , Thalía ya tenía su lanza y escudo, Percy ya tenía su espada y Annabeth su navaja y protegía a su padre quien estaba atrás de ella dónde estaba Zoë inconsciente. Yo sin darme cuenta que ya tenía mi lanza en la mano.

Artemisa: alguien salió herido -pregunto la diosa.

Thalia: no, y Zoë-dijo preocupada.

Annabeth: está bien, no le pasó nada, tenemos que estar alerta si vuelve-dijo con seriedad.

Artemisa: cierto-dijo mirándome.

Mientras yo estaba en el mismo lugar, pero otro rugido sonó. La mantícura empezó a lanzar fuego, Thalia usó su escudo para desvíar las llamas del moustro, hasta que la mantícura fue por Bianca quien habia caído cuando la mantícura lanzó fuego y al parecer venía asia mi, su arco estaba lejos de ella, la mantícura se acercaba más a ella entonces fui y la mantícura me atrapó.

Un grito de mi nombre se escucho, podía ver la oscuridad de la noche, hasta que una flecha venía a la mantícura directamente, Pero está lo esquiva, la mantícura me lanza en el aire y ya sabía la razón de eso cuando saque mi lanza la mantícura lanzó fuego, lo último que ví fue eso llamas de fuego viniendo a mi dirección y luego nada.

***

Percy: No, ella no..-decia en mis pensamientos mientras miraba aún el cielo esperando aque Merfiri gritara ayuda para que la agarrarán pero nada, no pasó nada, solo el silencio.

Artemisa: Percy..-me hablo la Diosa, mientras me sujetaba el hombro- ella ya no.

Percy: tienes que partir -dije mirándola.

Artemisa: cierto, debo partir hacia el Olimpo de inmediato -dijo-. No puedo llevaros, pero os enviaré ayuda.

Apoyó la mano en el hombro a Annabeth.

Artemisa: Tienes un valor excepcional, querida muchacha. Sé que harás lo correcto.

Luego miró a Thalia con aire inquisitivo, como si no supiera del todo a qué atenerse respecto a aquella joven hija de Zeus. Thalia parecía reacia a levantar la vista, pero lo hizo por fin y le sostuvo la mirada a la diosa. Yo no podía saber qué se habían dicho en silencio, pero la expresión de Artemisa se suavizó con un matiz de simpatía. Luego se volvió hacia mí.

Artemisa: Lo has hecho muy bien -dijo-. Para ser un hombre.

Fui a protestar, pero entonces reparé en que era la primera vez que no me llamaba «chico».

Montó en su carro y éste empezó a resplandecer, obligándonos a apartar la vista. Se produjo un fogonazo de plata y la diosa desapareció.

D.chase: Bueno -dijo, con un suspiro-. Es impresionante. Aunque debo decir que sigo prefiriendo a Atenea.

Annabeth se volvió hacia él.

Annabeth: Papá, yo... Siento que...

D.chase: Chist. -Él la abrazó-. Haz lo que tengas que hacer, querida. Sé que no es fácil para ti. -Le temblaba la voz, pero le dirigió una sonrisa valiente.

Entonces oí un vigoroso aleteo. Tres pegasos descendían entre la niebla. Dos caballos alados blancos y uno completamente negro.

Percy: ¡Blackjack! -exclamé.

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