7 - Historia

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Conforme avanzaban los días de esa primera semana Chiara y Violeta se hacían cada vez más cercanas. Cada descanso la pelirroja cogía a Chiara de la mano, la arrastraba hasta donde el grupo se fuera y la obligaba a sentarse a su lado. La pelinegra tampoco se resistía y se dejaba arrastrar por su amiga, aunque siempre se aseguraba de fingir un intento de huida para que Violeta no dejara de cogerle la mano. Aunque intentaban participar en la conversación general lo máximo posible, siempre acababan metidas en su mundo hablando de música, de arte o de sus vidas.

Chiara ya sabía lo preciosas que eran las playas de Motril, cuánto había disfrutado la pelirroja sus años en el conservatorio, sabía los nombres de todas sus amigas y ya estaba deseando conocer en persona a su hermana Tana. Violeta sabía de todo sobre Menorca, donde Chiara había vivido hasta hacía algunos años, y la única carretera que iba de punta a punta pero que no pasaba por la periferia y que la familia volvía a visitar todos los veranos. También sabía que la pelinegra era medio inglesa, que adoraba la Navidad a pesar del frío y que cada vez que estaba feliz acababa dando volteretas por todas partes. Antes de que acabara la semana habían dejado de ser Chiara y Violeta para la otra y habían empezado a ser Kiki y Vivi. Cada clase escribían pequeños mensajes en la mesa para la otra y no había día que no volvieran a casa con las manos llenas de dibujos, pequeñas obras de arte que Chiara contemplaba toda la tarde hasta tenerlas que borrar con algo de pena y que Violeta trataba de esconder para evitar las burlas de María pero que se negaba a dejar ir antes de ducharse después de cenar. Cuando llegó el fin de semana tanto las amigas de una como las compañeras de piso de la otra agradecieron un descanso de tanta intensidad, pero para las románticas del romanticismo fue una oportunidad para intercambiar el Instagram, prometer que se escribirían y tener excusa para abrazarse a modo de despedida.

Chiara se levantó feliz el sábado. Había quedado con Julia y Alba para ir a una nueva cafetería que la rubia había descubierto esa misma semana y comentar sus respectivas semanas. No se arregló demasiado, al fin y al cabo era una salida muy casual, pero se sentía bastante guapa. Le pasó por la cabeza escribirle a Violeta para enseñarle su outfit, aunque tal vez fuera un poco raro empezar así una conversación. Finalmente subió una foto a su historia de Instagram con la esperanza de que la pelirroja le contestara. Con tanta distracción acabó saliendo de casa con el tiempo justo y corriendo para llegar con sus amigas.

Violeta se despertó algo tarde, al fin y al cabo la convivencia de dos andaluzas y María en el mismo piso no podía implicar madrugones innecesarios. Hizo moverse de la cama a sus dos compañeras para desayunar juntas y que no les diera el mediodía. Estaban las tres con el café comentando unas y otras cosas sin importancia. Violeta desbloqueó su móvil para revisar redes cuando vio que Chiara había subido una historia. La abrió con curiosidad.


- ¿Esa es Chiara? - preguntó María

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- ¿Esa es Chiara? - preguntó María. Se había asomado disimuladamente para descubrir por qué Violeta desconectaba de la conversación y se quedaba mirando fijamente el móvil.

Kivi - I Belong Here (AU Instituto)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora