27 - Entorno

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En cuanto abrió los ojos Chiara notó como Ruslana no había dejado de abrazarla en toda la noche. Seguía aferrada a su cintura y con la cara escondida en su pecho, por lo que no pudo evitar debatirse entre la ternura y la preocupación. La ucraniana solía ser bastante distante así que aunque se sentía halagada por la confianza que le estaba demostrando, sabía que se debía a lo vulnerable que debía estar en ese momento. Le acarició el pelo con cuidado, despertándola sin querer.

- Buenos días pelirroja - le dijo suavemente.

- No quiero tener que salir de la cama en un mes - se quejó. Ambas estuvieron en silencio unos segundos.

- Rusli, ¿me quieres contar qué pasó exactamente con Omar?

Ruslana lo reflexionó durante unos segundos, y finalmente se decidió a hablar.

- ¿Te acuerdas que llevaba un tiempo diciendo que había algo raro en Omar? - Chiara asintió. - Pues lo raro era que me daba la impresión de que me escondía algo. Siempre que me acercaba escondía el móvil, había muchos días que no podía quedar sin explicación... mil cosas. Y ayer vi que estaba quedado con una chavala para ir a su casa y no sé. No es que me enfade que quedara con otra chica, al fin y al cabo no teníamos nada serio. Lo que me jode es que estuviera tanto tiempo diciéndome que no había nadie más, que era la única y que quería algo serio conmigo. Si me hubiera dicho desde el principio que quería estar con más gente lo habría llevado bien, son las mentiras lo que me duele.

Chiara recogió las lágrimas que deslizaban por sus mejillas con delicadeza y le dejó un par de besos en la frente.

- Mereces mucho más, Rusli. Y a ser posible alguien de tu edad - a la pelirroja se le escapó una risa.

- No era taaan mayor.

- Ruslana, cariño, tienes dieciséis y él está a punto de cumplir veintiuno.

- Podría ser peor, ¿no?

- Bueno, por lo menos no tiene divorcios ni hijos, algo es algo - Ruslana empezó a reír a carcajadas dándole golpes en la espalda a su amiga para luego intentar morderle la cara, haciendo que Chiara se apartase. - Rus, por favor, tienes que controlar tus ataques de amor agresivo.

- Perdón, perdón - le dijo esta vez dándole un beso en la frente. - Vamos con todos, anda.

- ¿Estás bien?

- Lo estaré. Y me costará menos estando con todos que ahogándome en lágrimas aquí en la habitación. Ve a despertarlos mientras me cambio, porfa. 

Chiara no tardó en hacer caso a la petición de su amiga y salió al comedor. Se percató de que Violeta estaba sola en uno de los colchones y aprovecho que las otras dos parejas estaban dormidas juntas para tumbarse con ella un rato. Se acurrucó en el colchón y repasó la línea de su mandíbula con un dedo. A continuación hizo lo mismo con su nariz para luego dejar un beso en la punta, pensando en lo perfectas que eran todas sus facciones. Siguió acariciando todo su rostro hasta que la otra chica empezó a reaccionar. Al principio a la pelirroja le extrañó notar otro peso en el colchón, pero cuando percibió el olor de Chiara y abrió los ojos para asegurarse que se trataba de ella, se relajó por completo y se dejó hacer. Se acercó un poco más a la menorquina por el frío del recién empezado noviembre, encontrando inmediatamente el calor de la otra. Chiara pasó a acariciar su espalda y brazos mientras dejaba besos en su frente. Esta vez no había ningún tipo de deseo en sus acciones, sólo ganas de demostrarle cuánto la quería, de protegerla y de poder contemplar el mayor tiempo posible la expresión de calma absoluta de la pelirroja. Violeta intentaba con todas sus fuerzas no volver a dormirse, pero el calorcito y los mimos se lo estaban poniendo muy difícil. La tranquilidad, sin embargo, no duró demasiado.

Kivi - I Belong Here (AU Instituto)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora