1 - Primer día

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A Chiara le encantaría poder decir que ese lunes se despertaba para ir a clase, pero realmente no había conseguido conciliar el sueño. Los nervios la carcomían desde la noche anterior. Después de pasar el verano con Alba y Julia volver a la academia le parecía un mundo.

No es que tuviera un problema con sus compañeros, al contrario, tenía una relación cordial con prácticamente todos ellos, pero no había llegado a conectar realmente con nadie. Cada periodo de vacaciones, cada evento especial y cada día a marcar en el calendario ese abismo que la separaba del resto se hacía notar. Era inevitable la punzada de dolor cuando veía en Instagram las historias de quedadas a las que no había sido invitada.

En el segundo cuatrimestre, por suerte, había conocido a las que serían sus amigas el resto del año. Alba era una chica bajita y rubia con la que la emparejaron en un taller extraescolar de composición y ambas sintieron la chispa desde el primer momento. Quedaron varias veces para continuar las canciones que dejaron a mitad ese día y, con el tiempo compartido en el piano, acabó surgiendo una profunda amistad.

A Julia la conocía desde el primer día en la academia, ya que era su mentora y siempre se llevaron bien. Pero cuando realmente empezaron a acercarse fue cuando esta intentó emparejar a Chiara con Alba, su mejor amiga. El barco no salió adelante pero sí formaron un grupo sólido.
Alba y Chiara eran ambas inquietas, llenas de energía y algo caóticas, mientras que Julia, aún dentro de su caos, aportaba seriedad y calma cuando era necesario. Sin embargo, ambas se habían graduado el curso anterior y le tocaba afrontar sola su nueva aventura.

No había terminado de divagar cuando sonó su tercera alarma. Suspiró. No le quedaba más alternativa que levantarse.

Se dirigió a su armario para elegir la ropa más fresca que tuviera. Aborrecía el frío, pero que el calor húmedo de julio se alargara hasta septiembre no era su pasión. Acabó escogiendo una falda vaquera ancha con una camisa corta holgada. Iba sobrada de tiempo así que se maquilló ligeramente antes de asegurarse de haber guardado en la mochila todo lo que necesitaría.

Aunque salió con margen llegó justa a la academia por tener que regresar a su casa dos veces a mitad camino, una por olvidar coger los auriculares y otra por haberse dejado las gafas. Normalmente su TDAH no le afectaba de esa forma, pero los nervios no le ayudaban a mantenerse centrada.

Al llegar observó la situación. Álvaro y Suzete ya estaban sentados juntos en primera fila. Justo tras ellos se encontraban Lucas y Cris charlando con Miki y Carlos. A su izquierda Salma, Juanjo y Naiara intercambiaban anécdotas de verano. Omar estaba sentado junto a Juanjo, pero girado en su silla para escuchar a Mireia y Ana, que estaban sentadas juntas al final de la clase. Por último, Alex y Denna estaban en una esquina hablando bastante más cerca de lo que Chiara consideraba que unos simples amigos lo harían.

(Dejo al final un mini diagrama de esto porque entiendo que todas estamos aquí de madrugada y no hay ganas de hacer malabares mentales para entenderlo)

Sólo quedaban dos asientos libres en primera fila. Otro suspiro. Había perdido ya la cuenta de cuántos llevaba esa mañana. Se sentó resignada, ¿cómo podía ser que sobrara un asiento y justo tuviera que tocarle a ella lidiar con esto?

Todos callaron cuando Mamen, su tutora, entró en el aula. Chiara centró toda su atención en la profesora, tal vez su vida social no era precisamente boyante en ese momento pero no estaba dispuesta a que eso afectara en lo más mínimo a su media de 9'6. Empezó a explicar cómo funcionaría el curso, cómo se harían los desdobles de los módulos y repartió los horarios. No habían pasado ni diez minutos cuando alguien llamó a la puerta.

Una chica pelirroja entró tímidamente a la clase. Mamen se giró enseguida.

- Ay qué alegría, qué bien que hayas acabado tan pronto con la directora - exclamó Mamen. - Chicos, esta es Violeta, vuestra nueva compañera. Anda, preséntate tú misma.

Chiara la observó con interés y admiración. Sus rasgos perfectos, su piel morena que quedaba a la vista con el top de tirantes y los vaqueros cortos negros, la camisa azul cayendo grácilmente por uno de sus hombros, su sonrisa amable. Todo en ella era elegante, como una obra de arte en la que cada detalle había sido minuciosamente cuidado. Sólo salió de su trance para escucharla cuando Violeta empezó a hablar con un marcado acento del sur.

- Bueno, soy Violeta, soy de Motril y me acabo de trasladar a esta academia porque mi sueño es poder enseñar mi música al mundo. Encantada de conoceros.

Su sonrisa se marcó más aún al terminar de hablar, mostrando un pequeño hoyuelo. Mamen asintió en forma de aprobación antes de volver a intervenir.

- Muy bien bonita, espero que estés muy cómoda con nosotros, mira siéntate ahí con tu compañera Chiara, cualquier duda que tengas le preguntas.

Violeta hizo un pequeño gesto con la cabeza y se dirigió a donde Mamen le había indicado. Chiara no sabía muy bien por qué, pero por primera vez agradecía la situación con sus compañeros.

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Primera vez que escribo en años y primera vez que publico en general. Si alguien por casualidad está leyendo esto espero que lo disfrute. Lo siento si la introducción es un poco lenta, en un par de capítulos cogerá más ritmo pero quería dejar el principio bien atadito

Pd aquí está el diagrama :)

Pd aquí está el diagrama :)

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Kivi - I Belong Here (AU Instituto)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora