28 - Cita

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Si de verdad te gusta algo, se te acabará dando bien. Chiara había escuchado esa frase mil veces y a lo largo de su vida le había ayudado a animarse con muchos de sus hobbies. Empezó a tocar el piano, a aprender a hacer acrobacias e incluso a hacer surf en sus veranos en Menorca. Sin embargo, había una única cosa que le hacía cuestionarse si realmente esa frase aplicaba a todo: el baile. Ella realmente adoraba bailar, pero sabía que el ritmo no era su fuerte y cuando tenía que seguir una coreografía el caos se desataba, y no tardó en demostrarlo en la primera clase de I Kissed A Girl con Vicky.

- Chiara, yo sé que lo intentas, pero necesito que te concentres - le dijo la profesora con toda la paciencia que pudo reunir la quinta vez que la pelinegra se perdió a mitad de una secuencia de pasos.

- Lo siento, de verdad, no lo hago adrede - respondió algo agobiada. Era uno de esos días que, sin importar cuánto lo intentara, no conseguía mantenerse centrada.

- Te creo, pero necesito que integremos los pasos, y es imposible si tenemos que parar tan a menudo.

- Perdón, tienes razón - se giró hacia la pelirroja. - Lo siento Vivi, soy...

- Ni se te ocurra decir algo malo sobre ti misma - le interrumpió.

- Vamos a hacer una cosa - intervino Vicky. - Descansamos por hoy y seguimos el jueves, así Chiara puede practicar en algún rato libre en el que pueda concentrarse mejor. Violeta, échale una mano y así repasas tú también, ¿de acuerdo?

- No hace falta que me lo digas dos veces - respondió rodeando a la menorquina con el brazo. Chiara ni siquiera contestó a su profesora, pues se había quedado mirando a Violeta con adoración.

- Pues nos vemos, chicas. Mucho ánimo porque aún con todo vais genial - les animó antes de salir de la sala.

En cuanto la profesora se fue Violeta volvió a mirar a la menorquina, que seguía pillada admirándola. Dejó un suave beso en sus labios esperando que eso la espabilara, pero terminó por dejarla más aturdida todavía.

- Hoy estás un poquito más dispersa que de normal. ¿Estás bien o ha pasado algo?

- Todo genial - aunque ella no se dio cuenta, tardó algo más que de normal en reaccionar.

- ¿De verdad? Porque estoy segura de que algo te ronda la cabeza, ¿o me equivoco?

- Puede ser que le esté dando vueltas a algo.

- ¿Puedo saber qué es?

- No por ahora - la cara de preocupación de Violeta hizo salir a Chiara de su estado de ensoñación. - No te preocupes, es algo bueno, sólo que todavía es secreto.

- Esperaré entonces - le dijo sonriendo. - Ven, tengo una idea.

- ¿Qué vamos a hacer?

- Tenemos aún quince minutos en esta sala, vamos a aprovecharlos - Violeta fue hasta la mesa de controles para conectar su teléfono y apagar la luz. A continuación se tumbó en el suelo y dio un par de golpecitos en él, indicándole a Chiara que se uniera a ella. La menorquina la imitó colocando la cabeza a la misma altura que la suya, pero con el cuerpo acostado en la dirección contraria.

- ¿Y ahora?

- Ahora nos tomamos un descanso de todo - respondió mientras hacía sonar Sparks a través de los altavoces de la sala. - Hoy tu cabeza no te lo está poniendo fácil y sé que estás haciendo un esfuerzo enorme para intentar no disociar, así que date un descanso y permítete un rato sin necesitar concentrarte.

A Chiara se le revolvió todo por dentro, en el mejor sentido de la expresión. Levantó sus manos a la altura de su cabeza, haciendo que Violeta imitara el gesto para entrelazar sus dedos. En cuanto sintió el contacto de la pelirroja cerró los ojos, y decenas de pensamientos invadieron su mente de golpe. Todos ocurrían a la vez y se sobreponían unos a otros, haciendo que fuera incapaz concentrarse en alguno de ellos, como si pasara las páginas de un libro a tal velocidad que leerlo se convirtiera en tarea imposible. Aun así, experimentó una sensación de alivio cada vez mayor conforme las ideas abandonaban su mente, poco a poco dejando atrás todos los pensamientos que había ido acumulando durante el día. Los únicos estímulos eran la música que sonaba de fondo y las caricias de Violeta, así que no había nada que sumara a la carga de su cabeza, podía simplemente dejarla ir con calma.

Kivi - I Belong Here (AU Instituto)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora