18- Bekirus

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Se despertaron a las dos de la tarde, cuando la alarma que Violeta había puesto empezó a sonar. La pelirroja fue la primera en abrir los ojos para encontrarse con la imagen más adorable que había visto en su vida: Chiara seguía acurrucada sobre ella con una expresión de completa paz. Parecía que estaba tan a gusto y la veía tan pequeña que a Violeta le daba pena despertarla. En su lugar empezó a dejar caricias por todo su cuerpo mientras la contemplaba, pensando que realmente no le importaría quedarse así mucho, mucho tiempo. Sin embargo, tenían que levantarse a comer, así que comenzó a dejar besos por todo el rostro de la menorquina mientras la sacudía ligeramente. Después de un rato Chiara empezó a reaccionar.

- Kiki, tenemos que movernos ya - le dijo con suavidad.

- Mhmmm - aunque le dio la razón se abrazó más a la pelirroja.

- ¿Este es tu concepto de "movernos"?

- Yep - le respondió en un susurro, escondiendo la cara en su cuello de una forma que empezaba a hacerse costumbre.

- Well babe, maybe you should change it - se burló la pelirroja.

- I think it's fine just the way it is right now.

- Do you want to sleep while I cook?

- Nooo - se quejó. - I want to help you.

- Let's go then.

- Ugh, whatever - Chiara finalmente se levantó, haciendo que Violeta echara de menos su calor.

La pelirroja se fue directa al armario a coger una de sus sudaderas tres tallas más grande y luego a la cocina.

- ¿Qué quieres comer?

A ti, pensó la menorquina.

- Lo que te apetezca - respondió finalmente. - ¿Qué tienes?

- Poco, la verdad - dijo riendo. - Hay huevo. ¿Hacemos tortilla de patata? Así luego la Mari tiene pa' comer.

- Perfect. ¿Con qué te ayudo?

- Ve pelando las patatas, anda.

Al poco rato pusieron algo de música y se pasaron un buen rato cocinando, cantando y riendo juntas. Comieron hablando de todo y de nada a la vez, simplemente fluyendo con una naturalidad que ninguna había experimentado antes. Chiara no pudo evitar pensar que le encantaría tener una rutina así con Violeta cada día. La otra chica también le daba vueltas a que, de todas las situaciones que había vivido con la pelinegra, ese ambiente tan doméstico que había desde que había ido a buscarla la noche anterior era lo que más cómoda y feliz le había hecho nunca.

No tuvieron más remedio que separarse después de comer, ya que Chiara tenía que volver a casa y Violeta debía encargarse de varias tareas del piso. Se despidieron llenándose de mimos y diciéndose mil veces que se querían.

- Qué dramáticas somos - comentó la pelirroja entre risas. - Nos vamos a ver mañana, es que no van a ser ni 24 horas separadas.

- Dramáticas no - corrigió Chiara. - Intensas. Somos unas románticas del romanticismo.

- Totalmente.

Siguieron haciendo tonterías un rato más para retrasar todo lo posible el tener que separarse, pero después de más de media hora en el portal se quedaron sin excusas. Chiara hizo todo el camino a casa dando pequeños saltitos e incluso Joey se dio cuenta de que su hermana estaba extrañamente feliz al llegar a casa. A Jasmine le faltó tiempo para interrogarla y acabó haciendo que le confesara el crush que tenía con su amiga. Violeta, por su lado, estuvo el resto de la tarde de buen humor. Nunca le había molestado tan poco tener que fregar, comprar comida y hacer la colada. María y Marta intercambiaban miradas de complicidad cada vez que la pelirroja pasaba por delante de ellas tarareando al banda sonora de Chicago con una sonrisa tonta en la cara. A pesar de que apenas hablaron hasta el día siguiente, no desaparecieron ni un segundo de la mente de la otra.

Kivi - I Belong Here (AU Instituto)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora