Elección Equivocada

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Autor.

Y...

Hola...

Jeje...

¡Viernes de brujas!

Una disculpa por no traerles capítulo la semana pasada; llevaba varios días con pequeños ataques de pánico y no pude escribir nada.

¡Pero ya estoy bien!

Así que disfruten, bebés!

Besos.

Las cosas se ponían más y más tensas, los chicos no parecían querer dejar de acostarnos y de mi grupo, sólo Pao y yo parecíamos querer evitar el conflicto.

—¿Entonces qué? ¿no son capaces de defenderse sin el respaldo de sus familias? —preguntó otra bruja con enormes coletas de color rojo que estaba con nuestros agresores.

—Idiotas como ustedes no pueden imaginar lo fuertes que somos —devolvió Dómino.

—Claro que si, con tantos recursos, seguro se creen poderosas, pero nosotros también luchamos por nuestra fuerza —siguió otro.

—No... creo que sea buena idea pelear aquí —mencioné jalando la manga de Pao.

—Yo sé, pero nuestras hermanas suelen ser muy... explosivas —irónico que lo diga ella, luego se dirigió a los chicos—. Ya, ya, no hay porqué pelear, todos venimos a pasarla bien —tomó la botella de alcohol y la ofreció—. ¿Por qué no se sientan a beber con nosotras?

Otra chica se acercó, tomó la botella de Pao y la destapó.

—Me parece buena idea, ¿por qué no empiezas tú —luego la vació sobre su cabeza.

Pao abrió los ojos con sorpresa, Mavis se levantó azotando las manos en la mesa, Dómino y Musi sacaron sus varitas, pero la primera en reaccionar no fue ninguna de ellas.

Una brillante luz azul voló entre la gente, tomando la forma de una esfera con colmillos del tamaño de un cráneo, unida a una cadena que se enredó en la chica.

La bruja cayó al suelo inmovilizada mientras la gran esfera masticaba cerca de su rostro provocando fuertes chasquidos.

Conocía ese hechizo y conocía esa forma incluso desde antes de ser una bruja.

El chomp masticaba acercándose más y más a la nariz de la chica que gritaba y desde la dirección de donde voló, Net llegó caminando furiosa.

—¡¿Cómo te atreves?!

—Neti... —mencionó Pao en voz baja; ninguna tenía idea de que Net se pudiese molestar así.

—¿Un ataque sorpresa? —expresó otro chico sacando su varita—. Claro, es la única forma en que cobardes como ustedes pueden ganar.

—Net, déjala —pidió Pao, limpiándose con un pañuelo cuando los dientes de la criatura de Net comenzaban a rasguñar el rostro de la bruja.

—Pero...

—Sólo pidamos a seguridad que los saquen, no tenemos porqué arruinar nuestra noche.

Net resopló y su hechizo se desvaneció, por lo que los compañeros de la chica la ayudaron a levantarse.

—Ustedes deberían irse, son las únicas que estorban y sólo llegan a tomar lo que no les pertenece.

—¿Sucede algo? —finalmente, un hombre alto, de cabello corto, prominente musculatura y piel verdosa, se acercó con un aire amenazante.

Transferida a una Escuela de Brujas Tomo 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora