Charles ha atravesado un año devastador desde la trágica muerte de su novia, Lily. Sumido en un abismo de dolor y desesperación, su existencia carecía de sentido. Sin embargo, la vida le brinda una inesperada oportunidad de reunirse nuevamente con e...
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La brisa del mar acariciaba suavemente los rostros de ambos jóvenes mientras disfrutaban de la vista del mar sentados en la cálida arena.
Charles rodeaba a Lily con sus brazos desde atrás, observando el rostro de su novia, quien parecía cautivada por el espectáculo del océano.
Estos momentos eran preciosos para Charles; amaba estas escapadas solo para ellos dos. Intentaban aprovechar al máximo el tiempo juntos, ya que con la carrera de Charles y el trabajo de Lily, era raro tener más de una semana seguida para compartir.
—¿Te imaginas cuando estemos así? —Charles señaló a una pequeña familia cercana, jugando en la orilla.
—¿Ya estás pensando en hijos? Aún no veo un anillo en mi dedo —bromeó Lily, haciendo reír a Charles.
—Créeme, cuando menos lo esperemos, estaremos cumpliendo esos sueños juntos —respondió, besándola tiernamente.
—¿Prefieres un mini Charles o una mini Lily? —preguntó Lily, divertida.
—Muero por tener una mini tú, sería una niña preciosa —respondió Charles, con los ojos brillantes de emoción.
Lily rió ante la respuesta de Charles.
—Aunque también un mini Charles sería adorable.
—Claro, mira nada más el padre que tendría —bromeó Charles, desatando más risas.
Charles tenía sus planes. Planeaba pedirle matrimonio al final de la temporada de Fórmula 1 y ya se imaginaba la vida perfecta junto a ella, formando la familia que ambos anhelaban. Sin embargo, la vida siempre tenía sus propios planes.
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Lily miraba fijamente su nombre tallado en la lápida que descansaba frente a ella.
"En memoria de sus familiares y amigos, Lily ".
"En memoria de sus familiares y amigos, Lily Alexandre Genevieve "
Las flores y objetos dejados por familiares y amigos cercanos le hicieron parpadear para contener las lágrimas.
Entonces era real. Había muerto.
Un nudo se formó en su garganta al pensar en todo el dolor que había causado a sus seres queridos. Nunca había imaginado que moriría tan joven, ni que sus planes se verían truncados de esa manera.
—Entonces es real —murmuró Lily por primera vez desde su regreso—. He muerto.
Charles simplemente asintió, mientras Lily sentía la necesidad de comprobar si su propia lápida era real.
Me había pedido a Charles que la llevara a comprobar su tumba y si realmente todo lo que le había dicho era cierto y lo comprobaba más que nunca.
No podía creer lo que sus ojos veían justo en frente.
Ahora estaba más confundida que nunca.
¿Cómo había regresado a la vida? ¿Con qué propósito? ¿Todo era un sueño?
La brisa de la tarde sopló suavemente en su cara, tratando de transmitir un poco de calma que era lo que necesitaba la chica en esos momentos.
Charles tomó la mano de Lily y la envolvió en un abrazo reconfortante, permitiéndole desahogarse.
Ella también estaba sufriendo. No soportaba ver a su novio afectado por su muerte. Cuando lo vio entrar a la casa y notó el dolor en sus ojos, supo que algo estaba mal porque no era el Charles que ella recordaba.
Esos ojos verdes, tan brillantes como siempre, ya no eran los mismos.
—Charles, ¿y si desaparezco al final del día? —preguntó Lily con temor.
Charles negó rápidamente, asustado.
—No, no, Lily. Eso no va a pasar.
Se negaba rotundamente a aceptarlo.
Se negaba a la idea de perderla otra vez, de dejarla ir.
—¿cómo explicamos que estoy aquí si se supone que estoy muerta?
—Deja de decir eso —respondió Charles, con dolor en su voz.
No le gustaba que le recordara que ya no estaba en este mundo.
Inclusive venir a visitar la propia lápida de su novia ya era más que doloroso para él, hacerlo junto a ella intensificó el dolor.
—Es la realidad, Charles —lo miró—. Tienes que prometerme algo.
El piloto la miró con atención.
—Dime.
—Quiero que continúes con tu vida. Si desaparezco al final del día, por favor, no te quedes atrapado en el dolor.
—No me pidas eso, Lily. No puedo hacerlo —frunció el ceño Charles.
Había intentado seguir adelante muchas veces, de verdad lo había intentado, pero siempre volvía a caer. No era tan fuerte como pensaba.
No podía vivir sin Lily; se había enamorado tan profundamente de ella que cuando la vida se la arrebató, sintió que se llevaba consigo una parte de él.
—Eres fuerte, sé que puedes...
—No, Lily, entiende.
—No te puedes encerrar más en el dolor. Tienes que continuar tu vida.
—No me repitas lo que llevo escuchando durante un año. No, basta.
—Lo hago porque no quiero verte sufrir más. El poco tiempo que he estado aquí me he dado cuenta lo mal que estas.
—No ha sido fácil estar sin ti, Lily.
—Lo se, lo sé y no sabes lo mal que me hace verte así. Por mi culpa has sufrido y...
—No ha sido tu culpa. Yo iba manejando esa noche, fui quien no puedo evitar el auto.
—No puedes culparte de eso, Charles. Tu también pudiste haber salido muy afectado.
No quiso decir "fallecido" porque el solo pensarlo le provocaba un mal estado.
—Hubiese preferido eso Lily, hubiese preferido haber muerto yo.
—¿Cómo puedes decir eso Charles?
La chica le dijo dolida. La sola idea de un mundo sin Charles le aterraba .
Él no respondió. Se había arrepentido de haber dicho aquello al ver la cara de Lily.
—Charles, deja de pensar eso. Puedes recibir ayuda, intentar sanar y comenzar de nuevo.
—Ya basta, Lily.
—Charles...
—¡Ya basta! ¿No ves lo dificil que es para mí?—exclamó Charles, con la voz cargada de emoción.
Lily respiró profundamente, mientras Charles intentaba calmarse. Era la primera vez que él le gritaba de esa manera.
Estaba realmente afectado. Aunque Lily pensó que quizá lo estaba presionando.
No dijeron nada más. Simplemente, Lily comenzó a caminar de regreso al auto con un Charles siguiéndola en silencio y cabizbajo.
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¿Qué les va pareciendo? Espero que les vaya gustando esta historia☆
