capitulo 5

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Dentro del coche, reinaba un silencio absoluto mientras Charles manejaba con extrema cautela. La casa no estaba lejos y las calles estaban sorprendentemente despejadas, lo que le otorgaba cierta sensación de seguridad al volante, algo poco común, pero cuando salieron de casa Lily le transmitió de nuevo esa seguridad que necesitaba.

Inicialmente, habían considerado la opción de caminar, pero rápidamente descartaron la idea al pensar en las posibles miradas que podrían atraer al ser vistos juntos.

Mientras tanto, Lily observaba el paisaje urbano a través de la ventanilla del coche. Aunque algunas cosas seguían siendo familiares, como la nueva apariencia de su cafetería favorita y los locales recién abiertos en los alrededores, no pudo evitar sentir una oleada de nostalgia.

Anhelaba poder detenerse y recorrer las calles de Mónaco una vez más, reviviendo los momentos compartidos. Sin embargo, era consciente de que eso sería imposible. En una ciudad tan pequeña, donde todos conocían a Charles, su presencia junto a su novia fallecida habría causado un revuelo innecesario y loco.

Charles sujetaba el volante firme, mientras su cuerpo estaba tenso. Se había arrepentido de haber dicho todo lo que dijo en cuanto vió la cara decepcionada de Lily. 

No quería hacerla sentir mal, no era su intención.

Pero traía tantas emociones encontradas desde su llegada que no sabía cómo sentirse. Por un lado cierta tranquilidad y alegría había llegado a su cuerpo cuando la volvió a ver, escucharla hablar, reír, acariciarla de nuevo había hecho que todas esas emociones que creía habían desaparecido, volvieran.

Soltó un suspiro entrecortado y apoyó una mano sobre el muslo de la chica, dando un ligero apretón.

Lily miró su mano y la tomó entrelazando sus dedos. Ese simple toque le hacía acelerar su corazón.

Sus ojos viajaron a las marcas en su antebrazo y la cicatriz que adornada este. Quería preguntar que había pasado, pero le asustaba la respuesta .

Al llegar a casa, Lily se dió una ducha que le ayudó a relajarse. Al vestirse, vió todo lo que usaba tal y como estába.

Por la mañana ella no había notado nada extraño, eso porque pensaba que estaba viva en realidad, pero ahora, ver su ropa, zapatos, etc. No podía evitar sentirse diferente.

Charles no se había desprendido de ninguna de sus cosas, no podía hacerlo.

En la mesita de noche había una foto de ellos dos. Rápidamente su mente recordó aquel momento.

Era una foto de ellos juntos, celebrando que ese día, Charles había ganado una carera.

Con emoción palpable, Charles descendió del monoplaza, la euforia de la victoria aún resonando en cada fibra de su ser. Los festejos y felicitaciones de su equipo lo envolvieron, inflando su pecho de orgullo por la excepcional carrera que había protagonizado.

Reunited• Charles Leclerc Donde viven las historias. Descúbrelo ahora