"Seulgi, ¿qué harías si pudiéramos irnos de aquí?"
La Coreana levantó la vista de su bandeja de comida, Irene la miraba reservada y juiciosa, a la espera de una respuesta. Masticó lentamente y tragó con ayuda de un vaso plástico de agua.
"No he pensado en eso".
Respondió antes de pinchar un trozo más de pollo y echárselo a la boca y Irene sonrío.
"¿De verdad? yo si lo he pensado."
Seulgi le dio una mirada rápida y un ligero brillo en sus ojos la delató, así como la curvatura de las esquinas de su boca que formaban a su paso aquellos hermosos hoyuelos que derretían a Irene.
"Bah, no me extraña, con tu vena maricona... seguro que ya tienes todo un plan, ¿o me equivoco?"
"No, no te equivocas, de hecho, hay ciertos aspectos que estaría complacida de discutir."
Seulgi rodó los ojos, ya acostumbrada a las excentricidades de su corderita y le hizo un gesto con la mano para que se animara a continuar. Irene cepilló su labio inferior con los dientes, sus mejillas ruborizadas delatándola.
"Venga, lánzalo."
"No pienso ser la única que haga limpieza."
"... Irene."
"No me importa, Seulgi, trabajo de equipo o nada y terminamos viviendo en la mierda."
"¡Pero si la limpieza se me da fatal! olvidalo, vivimos en la mierda entonces".
Irene enarcó ambas cejas y apretó los labios.
"Bien, quizá podría ayudar de vez en cuando." Susurró Seulgi.
"Comidas familiares una vez al mes."
"No me jodas."
"¡Mi familia es encantadora!"
"Corderita... prefiero meter los dedos en un sartén con aceite hirviendo que participar en tus comidas familiares."
"... Eres odiosa". Irene soltó un suspiro y se llevó una cucharada de puré de patatas a la boca.
Masticó lentamente, pensando en su siguiente propuesta.
"Tú te encargarás del desayuno y yo de la cena, seguro y me toca almorzar en el hospital, así que nada."
"Hmm, si eres una puta holgazana, qué desayuno vas a preparar tú."
"Por lo mismo, Seulgi, lo preparas tú y no puede contener ni carne, ni frituras o mierdas de alto valor calórico, idealmente ligero y sustancioso."
"¡Que te follen!"
El rostro de pánico de Seulgi era casi gracioso, labios entreabiertos y cejas profundamente fruncidas formando un pliegue al medio de ambas.
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𝑷𝒓𝒊𝒔𝒊𝒐𝒏𝒆𝒓𝒂 | 𝑆𝑒𝑢𝑙𝑟𝑒𝑛𝑒 |
Fanfiction𝑆𝑒𝑢𝑙𝑟𝑒𝑛𝑒 - Cuando Bae Irene escuchó la sentencia del jurado, el mundo se desmoronó ante sus fanales vidriosos e índigos, condenada a 5 años de prisión por una negligencia médica que no cometió, fue trasladada hasta una penitenciaria de máxim...