XIX

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Irene y Tiff miraban a distancia la guerra de miradas que Seulgi y Tae parecían mantener, sentadas con sus bandejas de desayuno en el comedor, sin decir palabra alguna, simplemente mirándose mientras sus bocas se atiborraban de comida

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Irene y Tiff miraban a distancia la guerra de miradas que Seulgi y Tae parecían mantener, sentadas con sus bandejas de desayuno en el comedor, sin decir palabra alguna, simplemente mirándose mientras sus bocas se atiborraban de comida. Era incluso divertido verlas ahí, sin nadie queriendo sentarse con ellas por miedo a que en algún momento estallaran, pues cualquiera que estuviera a su alrededor saldría seguramente lastimado. Irene estuvo seducida a decirle a Tiff que se sentara con ellas; quizá para molestar un poquito.

- ¿Qué mierda les habrá picado a esas dos? -preguntó Minjeong dándole un sorbo a su té.

-No tengo idea. - Respondió Irene.

-Bah, ya estoy acostumbrada a estas mariconas y sus ataques hormonales - Tiff rodó los ojos y se levantó, contorneando sus caderas hasta la mesa en donde estaba la Emperadora y su mejor amiga o enemiga mortal; Irene ya no lo sabía con certeza.

- ¿Qué crees que hará?

-Es Tiffany -solo eso respondió Irene, no se necesitaban más explicaciones.

Irene vio como Tiffany susurraba algo en el oído de Tae y ésta se levantaba de golpe, siendo seguida por Seulgi. Tae murmuró algo cerca de Seulgi y esta gruñó antes de tocarle el hombro; asintiendo con la cabeza. Tiff entonces se despidió batiendo su mano, viéndolas salir del comedor como 2 toros embravecidos y al volver a la mesa, Irene estaba pestañeando con lentitud, completamente incrédula de lo ocurrido.

-Bien, ya está comentó Tiffany con despreocupación.

-¿Qué demonios les dijiste? -preguntó Irene.

-Que hoy mientras Irene estaba en las regaderas, una bastarda intentó acorralarme cuando fui a pedir ropa limpia. -la rubia se encogió de hombros y le dio una mordida a su rebanada de pan-. Y que me tocó en lugares privados.

Irene casi se ahogó e inmediatamente buscó algún signo de daño en su rubia amiga, sin encontrarlo a simple vista.

-Dios. Tiff eso de verdad pasó?

-No, por supuesto que no, idiota, pero pasará todo un día antes de que Seulgi y Tae se den cuenta y para ese momento, ya habrán hecho las paces.

-Oh.

-Si, soy una perra muy inteligente, lo sé.

Tiffany aplaudió dos veces para sí misma con denotada arrogancia y volvió a su desayuno, manteniendo una conversación ridícula sobre cuán poco atractivas eran las nuevas reclusas.

Irene exhaló el aire de sus pulmones y estrechó los labios en una sonrisita tímida, a veces parecía que la verdadera Emperadora no era otra que la loca rubia que movía a todas a su antojo.

-Bien, entonces... si encabezamos la lista, definitivamente la más guapa es Seulgi - dijo Soyeon contando con sus dedos-. Luego viene Tae, Karina y Ryujin.

𝑷𝒓𝒊𝒔𝒊𝒐𝒏𝒆𝒓𝒂 | 𝑆𝑒𝑢𝑙𝑟𝑒𝑛𝑒 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora