Me siento como un leon enjaulado mientras espero a que la mujer salga del baño.
La había tenido entre mis brazos, había cumplido mi parte del trato, y le había dado un orgasmo, mierda, yo mismo había estado a punto de venirme en mis pantalones ante la sensación de su cuerpo retorciendose sobre mí, sus pliegues humedos y calientes, sus gemidos suaves y completamente dulces...
No resistiría mucho con el asunto de no tocarla a menos que me lo pida, porque realmente creo que necesito volver a tocarla cada jodido instante de ahora en adelante.
Cuando la puerta del baño finalmente se abre, revelando su expresión cautelosa y ojos brillantes, sé que es momento de poner las cartas sobre la mesa.
Ella me da una sonrisa tímida mientras pone su cabello detrás de su oreja, sua movimientos son elegantes y serenos
— Creo que debemos hablar — Dice finalmente, tomando mi mano y tirando de mi en dirección al sofá, porque sí, he sido un total acosador y la he seguido hasta el baño, esperando a que saliera, con la esperanza de que no se arrepienta de nuestra interacción.
La dejo tomar el control ahora, permitiendole guiarme hasta la sala, ella se sienta junto a mi, tomando una respiración profunda y luciendo nerviosa.
— Estoy dispuesta a hacer lo que ofreces — suelta, carraspeando y sonando algo ansiosa, la miro, levantando una ceja en su dirección.
— ¿Qué exactamente crees que estoy ofreciendo? — pregunto, deseando tener las respuestas a sus problemas, pero tengo la impresión de que sus planes son completamente diferentes a los míos. Ella me lanza una mirada irritada, porque sí, la haré decirlo, con todas las letras.
Cuando es timida y tierna es facil olvidar que la mujer tiene actitud.
— Quiero hacer cosas...s-sexuales — dice, casi consiguiendo hacerlo sin tartamudear, sin embargo aparta su mirada desafiante de la mía.
La pongo nerviosa, eso es bueno.
— Tendrás que ser más específica, Zajka — apunto — Porque definitivamente tengo algunas cosas en mente — Me acerco a ella, asegurandome de invdir su espacio personal sin llegar a tocarla — Y hay más de una que me gustaría intentar.
Traga con fuerza, evidentemente frustrada.
— Quiero tener sexo — se queja finalmente, cruzandose de brazos en un intento de poder algo de distancia entre ambos.
Pretendo pensarlo, haciendo todo un espectaculo de retirarme y fingir considerarlo, lo que evidentemente hace que la mujer se ofusque.
— ¡No pretendas que no te interesa! Bien que me...manoseaste — se queja, poniendose de pie y apretando sus puños, molesta — Toda la semana has insistido en como me deseas, y...y...y...
— No es suficiente — la interrumpo, apoyando mis codos sobre mis rodillas, de forma que estoy mirando directamente a su vientre, que señalo — Es un pequeño compromiso el que llevas ahí. No pienso....
No consigo terminar mi oración, y pensandolo bien, tal vez no había escogido las mejor forma de decir que quiero el paquete completo.
Lumila me abofetea. Duro.
— Eres un cerdo — se queja, con lágrimas en sus ojos — !No vuelvas a tocarme! Olvida lo que he dicho
— Mierda, no, Lumila — me quejo, incorporandome y tomandola por la muñeca, evitando que se aleje — No es lo que quise decir
La mujer tiembla de furia mientras intenta golpearme, intentando zafarse de mi agarre
— ¡Sueltame! Mi bebé y yo iremos de regreso a Buthan — chilla — No necesito tu estupid....
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Maldita Promesa - A Hoffman Story
RomanceUna noche. Un beso. Fue todo lo que bastó para sacudir su mundo entero, una simple caricia y había caído completamente en los encantos de la mujer. Solo tenía que conseguir que ella le creyera. Lumila estaba embarazada, recién divorciada y con el c...