Amor

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Vladimir


Será una niña.

Lumila va a tener una niña. Cierro los ojos, intentándo contener mi sonrisa, sé que probablemente estoy siendo un poco evidente con mi emoción, pero la idea de tener en mis brazos a una pequeña versión de Lumila...sus ojos verdes y su preciosa sonrisa.

No voy a negar que por un momento la visión de mi pequeña Katya me había atacado con fuerza, el día que me enteré que tendría una niña, me había vuelto loco, ¿ahora? Bien podrías pensar que es la primera vez. Mantengo el secreto para mi claro, sé perfectamente que ella no quiere saberlo hasta el momento del parto, pero no puedo evitar encontrarme a mi mismo pensando en todas las adiciones que tendré que hacer ala cuna en la que estoy trabajando.

Lueog de nuestra "discusión" ella me había pedido tiempo, y me había comprometido a darle exactamente eso, así que decidí retomar un par de viejos proyectos, y reparar el marco de la ventana además de la puerta de la habitación, la carpintería se había convertido en un pasatiempo para mi, un momento en el que podía usar mis manos para algo más que usar armas o ser violento.  Además, me gusta la forma en que la madera puede transformarse en tantas cosas. Y defintivamente necesitaba una forma de mostrarle a Lumila que estoy dispuesto a todo por ella.

No puedo decir que me enamoré a primera vista, o que incluso estuviera seguro de que las cosas realmente funcionarían, pero Lumila...mis sentimientos por ella son complejos e intensos, incluso antes de que la noticia de su embarazo fuera pública, no he podido dejar de pensar en la mujer, y ahora que he llegado a conocerla, me he enamorado de ella poco a poco, y mierda, no tengo idea de que sucederá cuando sea el momento de regresar a la India, pero planeo tomar cada oportunidad que tenga para demostrarle que no pienso ir a ninguna parte. Sé que su experiencia en el pasado no fue precisamente agradable. 

- ¡Vladimir! - llama Lumila, emocionada al ver al pequeño zorro aparecer entre los arbustos, la he traído a mi parque favorito, solía traer a Katya aquí en cada oportunidad, es un area boscosa en el area sur de la ciudad, un area protegida en su mayoría, pero aún habían espacios como este, en el que los animales habían perdido el miedo a los humanos, ergo, el pequeño animal rondaba la zona de forma regular - Mira, es precioso - susurra ella de forma emocionada mientras sostiene mi brazo con fuerza.

- Cuando era adolescente, solía venir aquí con mi hermano y alimentabamos a este cuando era un cachorro - Explico, observando al animal, que nos mira e inclina la cabeza de forma cautelosa.

- ¿Como sabes que es el mismo? - pregunta ella sin apartar la mirada del animal, que se acerca lígeramente, olisqueandonos, evaluandonos.

- ¿Ves como su oreja tiene una muesca? - pregunto, arrodillandome y dejando en el suelo el trozo de carne que había traído para el animal, Lumila me observa, y puedo ver su fascinación mientras que el animal se acerca con cautela - Lo encontramos en la parte trasera de la vieja cabaña de mi madre, herido, así que lo rescatamos, cuando estoy en la ciudad intento alimentarlo, e Ivan hace lo mismo al menos una vez al mes

Lumila me mira con sorpresa, sobresaltandose cuando el animal se acerca a la carne, tomándola entre sus dientes y alejándose rápidamente, no si antes dar una mirada curiosa adicional.

- No sabía que te gustaban los animales - Dice ella luego de una larga pausa, me incorporo, sus ojos estaban aún hinchados y lígeramente enrojecidos a causa del llanto, pero su semblante había cambiado lígeramente, parecía genuinamente tranquila y contenta ahora, y no dejaba de acariciar su vientre de forma casi nerviosa.

- Los amo - aseguro, incorporandome y tomándo su mano - Pero viajo demasiado como para tener una mascota, así que simplemente...lo evito.

- Podrías tener una mascota en el castillo - asegura ella, caminando a mi lado - Harold viaja todo el tiempo, y tiene a Akash con él en la mayoría de sus viajes.

Maldita Promesa - A Hoffman StoryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora