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1 mes después

Ya había pasado un mes desde mi lesión muscular, y hoy jugaba mi segundo partido después de la lesión, habían venido a verme Héctor, Marc, Lamine, Gavi, Pau, Pedri y Balde.

A Gavi, Pedri y Balde me los había presentado Héctor un día que fuimos a casa del Canario, donde también conocí a Ferran y a João pero ellos no habían podido venir hoy a ver el partido. Y la verdad es que me llevaba muy bien con los 4, me caían genial y además eran muy graciosos. Pero Gavi era literalmente yo en chico.

Habían pasado 20 minutos desde el comienzo de la segunda parte.
Salté para recibir un pase en largo y cuando apoyé la pierna derecha en el suelo sentí un fuerte dolor en la rodilla, comencé a cojear del dolor mientras ponía mis manos en mi rodilla derecha haciendo gestos de dolor, no podía continuar del dolor así que me tiré al suelo, y al instante comencé a llorar tapándome la cara con las manos.
Los médicos llegaron corriendo hacia mi y me ayudaron a levantarme para después sacarme del campo cojeando y entre lágrimas.

- ¡No, no, tengo que seguir! ¡Acabo de salir de una lesión! -dije entre lágrimas- ¡No puede ser!

Cuando pasamos al lado de mi entrenador nos abrazamos y algunas jugadoras se acercaron a mi para darme ánimos.

- Tenemos que llevarte al hospital para que te hagan pruebas -me dijo uno de los médicos del equipo, yo asentí entre lágrimas y me fui hacia el hospital.

Tras un buen rato en el hospital haciendo algunas pruebas, él médico entró a la sala donde estaba esperando.

- Lamento decirte esto, se que para ti es una noticia terrible, pero deberías de ponerte el lo peor -me dijo el médico que me realizó las pruebas

- ¿Tiene pinta de ser grave, no? -pregunte entre lágrimas y él asintió

- Tendrás que venir pronto mañana para terminar de hacerte más pruebas, tenemos que hacerte una radiografía, una artroscopia y una resonancia magnética, pero todo apunta a que es una rotura del ligamento cruzado anterior -dijo- Debido a que no puedes doblar la rodilla, ya que en estos momento es inestable y no puede soportar tu peso, para andar tendrás que llevar muletas para evitar que pierdas el equilibrio o te caigas. Por ahora necesitas reposo, ponte hielo en la zona de la rodilla cada dos horas durante 20 minutos y apoya la rodilla sobre unos cojines para que esté elevada. Tu cita está planificada para mañana a las 10, pregunta en información y te dirán a qué planta tendrás que ir

- Está bien, muchas gracias -dije intentando sonreír- Buena noche

- Igualmente -me sonrió con amabilidad y me ayudó a levantarme, después me dio unas muletas- Tus amigos están en la sala de espera, están muy preocupados por ti, no les hagas esperar más o se subirán por las paredes de los nervios -dijo haciéndome reír

Me acompañó hasta la sala de espera y cuando los chicos me vieron se levantaron rápidamente de sus asientos y se acercaron rápidamente a mi.

- ¿Qué tal estás? -me preguntó Héctor

- Mal, para que mentir -dije

- ¿Qué te han dicho? -me preguntó Marc preocupado

- Que lo más probable es que me haya roto el ligamento cruzado anterior -dije con los ojos llorosos haciendo una mueca y Gavi se acercó para abrazarme con cariño haciéndome comenzar a llorar

- Eres muy fuerte, vas a poder con esto y más -me dijo

- ¿Y si no puedo? -dije entre lágrimas

- Créeme, vas a poder, hace poco he estado igual que tú -dijo separándose de mí- te llevo a la masía, ¿Héctor vienes con nosotros? -preguntó y él asintió

- Yo llevo a los demás y a Pedri -dijo Balde

Después Gavi, Hector y yo fuimos hacia el coche de Gavi y me ayudaron a sentarme en los asientos de la parte trasera con la pierna estirada.

- ¿A qué hora tienes que venir mañana a hacerte las demás pruebas? -me preguntó Gavi

- A las diez de la mañana -respondí

- A las 9 y media paso a buscarte ¿Héctor tú vienes? -preguntó Gavi

- Si si. Claro que voy -dijo y yo sonreí

Cuando llegamos a la masía me ayudaron a bajar y me acompañaron hasta mi habitación.

- ¡Lia! ¿Qué tal te encuentras? -me preguntó Mónica preocupada

- Mal, probablemente me haya roto el ligamento cruzado anterior -dije con una mueca

- Uf, eso es jodido -dijo y yo asentí

- Ten, ponte el pijama, voy a pedri hielo para que te lo pongas en la rodilla -me dijo Gavi

Gavi salido de la habitación y Héctor se dio la vuelta para que Mónica me ayudase a cambiarme, cuando terminamos guardo mi ropa y ambos me ayudaron a recostarme en la cama, después Héctor me puso un cojín para mantener elevada la rodilla derecha. Poco después llegó Gavi con una bolsa de gel congelado para ponérmelo en la rodilla.

- Tío, porque a mí. Acababa de salir de una lesión -dije con los ojos llorosos- Yo solo quiero jugar

- Volverás mucho mejor, eres una niña muy fuerte -me dijo Héctor dándome un besito en la frente- Y pase lo que pase yo estaré ahí para apoyarte y no dejar que te rindas

- Yo debería de irme ya, mañana paso a buscaros. Descansa -dijo Gavi agachándose para darme un abrazo

- Hasta mañana -sonreí y después se fue

- Yo creo que también me iré a mi habitación, tienes que descansar -me dijo Héctor

- ¿Un besito de buenas noches? Es lo mejor que podría recibir por hoy -pedí poniendo morritos y él sonrió para después agacharse y darme un beso

- Descansa, bonita. te quiero -dijo y yo sonreí

- Hasta mañana, Fort -dije y él sonrió para después salir de la habitación

Hablé un rato con Mónica, que me contó que habíamos ganado el partido y me habían dedicado un gol, y después dejé el hielo sobre la mesita de noche para dormirme

Sentimientos a medianoche - Héctor Fort Donde viven las historias. Descúbrelo ahora