INHUMANO

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(ESCENAS PERTURBADORAS E INHUMANAS POR FAVOR NO REPORTAR Y LEER BAJO TUS PROPIOS RIEGOS)

Desperté en un lugar muy oscuro, no veía nada que hasta pensé que me había quedado ciega, pero cuando empecé a moverme a mi alrededor, noté que estaba en una cama muy grande.

-"Qué onda por qué no veo nada"-susurre.

-"Deja de moverte"-dijo alguien.

Cuando dijeron eso, me quedé quieta sin querer moverme, pues lo había escuchado a un lado de mi. La persona prendió las luces y...

-"Hasta que al fin despiertas, pensé que ese golpe te había matado"-Dijo Bill seriamente.

Pero era algo raro, ya no tenía aquellas rastas negras con un poco de blanco, ahora su peinado era tipo fohawk de vanguardia con los puntos anteriores hacia adelante.

-"Te estoy hablando, niña"-dijo el con un poco de molestia.

Yo no quería decir nada solo estaba quieta mirando a otro lado, tenía mucho miedo de que me volviera a hacer lo que me hizo hace algunos días.

-"Maldita sea!"-grito mientras se acercaba rápidamente hacia mi y se subía arriba de mi.

-"HABLA MALDITA SEA!"-grito en mi cara.
-"Quítate de encima, me da asco tenerte cerca de mí!"-le grite y escupí en su cara.
-"MALDITA PUTA!"-Grito en mi cara mientras se limpiaba mi saliva. Sin avisar empezó a quitar mi ropa completamente, empecé a pelear y luchar pero todo era en vano.

-"Te seguro que después de esto, no volverás a faltarme al respeto"-dijo con una sonrisa siniestra.
-"No! Suéltame por favor déjame!"-le grite pero a él no le importaba-

Empezó a desabrochar su cinturón y pantalón. Amarró mis manos poniéndolas sobre mi cabeza y con sus manos tomo mis piernas abriéndolas para el. Separaba mis piernas aún más, dejando mi intimidad totalmente expuesta. Su mirada se llenó de deseo y sin avisar se inclinó hacia adelante y guió su erección hacia mi entrada, me penetro totalmente fuerte y sin compasión, yo gritaba y lloraba mientras él seguía abriendo mis piernas para penetrarme aún más fuerte. Cada embestida era más intensa y fuerte, podía sentir su mirada clavada en la mía mientras me violaba salvajemente con rencor. Sus manos fuertes se aferraban a mis piernas abriéndolas más y más, quería tener el acceso completo a mi intimidad.

-"Eres tan estrecha"-dijo él entre gemidos.
-"Me duele!" -le grite yo entre lágrimas.
-"Eso solo me excita más"-dijo él mientras aumentaba el ritmo de las embestidas, entrando y saliendo de mí con una pasión desenfrenada. Sus manos se aferraron con más firmeza a mis piernas manteniéndolas abiertas mientras continuaba poseyéndome sin piedad.

Cada embestida era más intensa, más profunda y sus movimientos rápidos y salvajes hacían que sintiera como mi vagina se desgarraba cada vez más. Me miró con una expresión dominante y determinada mientras seguía abriendo mis piernas con fuerza manteniéndolas estiradas y completamente expuestas mientras yo gritaba del dolor y le rogaba que parara.
-"YA PARA POR FAVOR!" -grite mientras sacaba llantos.

Pero él no hizo caso, disfrutaba viendo como mi vagina estaba expuesta, permitiéndole ver cada movimiento de su grande y erecto pene mientras entraba y salía de mi. Su satisfacción crecía al notar mi resistencia y como luchaba por cerrar mis piernas, pero el se mantenía firme en su control sobre mi.

Continuo penetrándome con fuerza y vigor, desgarrando mi vagina y haciéndome gemir de dolor. Con cada embestida, me vagina se dilataba aún más, quedando expuesta y abierta para el.

(NARRA BILL)

Me encantaba ver como entraba y salía mi pene, haciéndola soltar llantos, gritos y gemidos de dolor. Era mi droga de placer.

-"Te miras tan hermosa llorando de dolor, Veronica"-dije entre gruñidos y gemidos con una mirada fría e intensa.

Sin preocuparme por sus piernas abiertas y su vagina maltratada, continué penetrándola con fuerza y sin empatía. Sus gemidos y gritos de dolor eran música para mis oídos alimentando mi necesidad de control y dominación.

-"Te gusta, perra?" -murmure con voz llena de energía y mirada fría sin emociones.

Mis embestidas eran brutales y sin piedad, extendí sus piernas aún más, causándole dolor por la inmensa abertura.

-"NO POR FAVOR PARA!" -gritó ella fuertemente mientras se retorcía.

Sin mostrar ninguna empatía, utilice mi pene para maltratar su vagina ya desgarrada, embistiéndola con ferocidad y una fuerza incontrolable.

-"Sufre como la zorra que eres Verónica." -susurre con deseo de torturarla aún más.

Seguí penetrándola sin descanso llevándola al borde del desmayo. De su destruida vagina empezó a salir montones de sangre, no mostré ninguna preocupación por la sangre que emanaba de su vagina. Continué penetrándola sin empatía. Mis embestidas eran cada vez más brutales haciendo que su sangre llenara toda la cama y salpicando con mis embestidas, manchándonos a los dos de sangre. Mi pene manchado de sangre y ella también hacía que me excitara aún más sin ningún remordimiento.

Abrí aún más sus piernas para profundizar las penetraciones, no me interesaban las consecuencias de lo que podía pasar con ella, solo era mi diversión retorcida.

Seguí penetrándola con más fuerza y rapidez metiendo mi pene completo a su vagina, así viniéndome dentro de ella llenándola de mi semen, viendo como sus fluidos, sangre y mi semen se mezclaban y llenaban toda la cama me excitaba más, quería abrir más sus piernas hasta romperlas y violarla hasta matarla. Disfrutaba verla sufrir y me deleitaba con la destruccion de su vagina, sin piedad empujaba mi pene hasta lo más profundo de su ser. Sin previo aviso agarre su cuerpo girándola y poniéndola como perro maltratado teniéndola en 4. Sin preocuparme por su comodidad la penetre con más fuerza y brutalidad sin ninguna consideración de su bienestar. La penetre por detrás, mi objetivo era dejarla totalmente marcada y sometida sin importar los límites de su cuerpo. Verónica no soporto más y cayó desmayada inconsciente, a mi no me importo y seguí violándola, me excitaba más la razón de violarla mientras ella estaba al borde de la muerte sin poder moverse y su cuerpo totalmente débil. Continué usando su cuerpo inconsciente como objeto sin mostrar empatía alguna.

Mis embestidas eran más fuertes y brutales sin importarme su estado de inconsciencia. Para mí era como una prostituta, carente de vida y alma, a quien podía usar y abusar. Aunque estaba al borde de la muerte yo seguía adelante violándola sin piedad destruyendo todo de ella. Continué abusando de ella sin piedad alguna mientras permanecía indefensa en la cama. Sus ojos estaban cerrados, incapaz de hacer nada para detener mi maltrato. Su cuerpo estaba inmóvil apunto de morir por ser violaba salvajemente, la tome con fuerza y la gire boca arriba, sin importarme su estado inconsciente casi muerto. Continué penetrando su vagina sin piedad, determinando a destruirla más. La destruí sin piedad dejándola casi muerta, abrí su vagina de nuevo con mis manos y penetre mi pene otra vez desgarrando aún más su vagina. Me excitaba ver como su cuerpo se movía con violencia mientras yo la penetraba.

MY WAY TO HELL.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora