El fruto prohibido

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Charle había organizado una cena elegante para la noche y les pidió a todos que se pusieran algo de ropa diferente, Alastor no tenía mucha variedad en sus trajes, pero con ayuda de Niffty improvisaron. Los demás ya estaban en el salón cuando la chica bajo corriendo y se acercó discretamente a Lucifer, este tenía un abrigo peludo blanco junto con una camisa con escote y unos pantalones también blancos.

Jefe... -dijo la chica en voz baja jalando la tela de su saco, el ángel caído la miro-

Que sucede pequeña... -La chica le hizo señas de que lo siguiera en silencio, el miro un segundo a Charle, pero siguió a la chica en silencio. Subieron la escalera y llegaron a la puerta de Alastor, Niffty golpeo y abrió la puerta empujando a el ángel dentro y cerrando la puerta-Oye... -miro la puerta y escucho una voz detrás de el-

¿Majestad?... –el demonio estaba terminando de cambiarse, tenía una camisa roja con unos tirantes negros y una corbata, su cabello estaba peinado hacia atrás y atado-

Alastor yo... ohh... -miro al demonio, se veía bastante atractivo con ese peinado- vaya... que deliciosa manzana estoy viendo... -se acercó al demonio tomándolo de la cintura- ¿puedo darte una mordida?... –el demonio no esperaba ser abordado de esa forma, pero mantuvo la compostura-

Usted tampoco se ve nada mal... -los ojos del demonio se desviaron al escote del ángel, Lucifer se parto un poco-

Te gusta la carne de ángel mi cervatillo... -abrió un poco la camisa mostrando sus hombros, un fino rastro de sangre salió de la boca del demonio- quieres pasar al postre... -el demonio lo tomo del cuello y paso su lengua por la mejilla de este para terminar en sus labios, era un beso tímido. El ángel lo tomo por la cintura ajustando más el beso, el demonio subió sus manos y las puso en las mejillas del ángel metiendo su lengua en la boca de este. El beso fue intenso unos segundos hasta que el demonio se separó de golpe, había sido demasiado para él. – Vaya... -suspiro Lucifer- no recordaba lo bien que se sentía esto... -limpiando un hilo de saliva que se deslizaba de su boca. El demonio se había apartado unos pasos. -

Demasiado... abrumador... -el demonio agarraba su pecho, su corazón palpitaba enloquecido. –

Lo dejaremos por aquí. No quiero que te de un infarto o algo así... -dijo Lucifer para calmar el ambiente con una gran sonrisa- Nos vemos abajo cervatillo... -Lucifer salió del cuarto dejando al demonio para que se calmara. -  

La sombras se atraen por la luzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora